La talla del niño, especialmente una posible talla baja, es un motivo frecuente de preocupación por parte de los padres ya que es inevitable compararla a la de otros niños. Sin embargo, la talla no se valora de forma absoluta, sino en relación a la edad del niño y en función de unos valores que se consideran como normales.
Decimos que existe una talla baja cuando está por debajo de las curvas de normalidad para su edad, y para valorar la talla es necesario valorar la velocidad de crecimiento, que también se ajusta por edad y por tablas de referencia. Calcular la velocidad de crecimiento necesita mediciones seriadas y separadas como mínimo por varios meses.