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Infecciones vaginales (o vulvovaginitis) en niñas.

Las vulvovaginitis (o infecciones vaginales) consisten en infecciones del área vulvar o vaginal. Es un cuadro que no es raro ver en pediatría ya que la falta de estrógenos en la edad infantil hace que la vagina sea fácilmente colonizable por gérmenes. Por este y otros motivos, son más frecuentes entre los seis y los nueve años, aunque pueden verse a otras edades.

¿Por qué se producen las vulvovaginitis en edad infantil?
En muchos casos, y relacionado también con la edad, existe un cierto componente de malos hábitos de higiene, como limpiarse el área genital de atrás hacia delante, de forma que se arrastran gérmenes del área anal hacia el área vaginal. Otro factor podría ser el uso de ropa ajustada que favorece la sudoración e impide la transpiración, de forma que los gérmenes pueden crecer mejor. O el roce con superficies duras, como el suelo, cuando juegan en él. Además, en la edad infantil la entrada a la vagina no está tan cubierta por la vulva y los labios mayores como sí lo está en la mujer adulta, por lo que está más expuesta. Y la mucosa que la recubre y protege por dentro es de menor tamaño, pues la niña aún no tiene niveles suficientes de estrógenos, que aparecerán a lo largo de la adolescencia, y que hacen que la mucosa sea más madura y más gruesa.

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Periodontitis (daño en las encías) en niños.

La periodontitis consiste en una destrucción de los tejidos que sujetan los dientes. Está relacionada de forma directa con la gingivitis y el riesgo, si progresa, es que se puedan producir infecciones severas en el hueso profundo o afectar a los dientes, que pueden perderse. Es una enfermedad que se puede prevenir con hábitos higiénicos adecuados.

Es una enfermedad rara en los niños pequeños pero más fácil de ver en la adolescencia. Hay una variante que se produce en niños más pequeños, denominada «agresiva», que aparece sobre los cuatro o los cinco años de edad. En estos casos el tratamiento se basa en la prevención y en un estrecho seguimiento por parte del pediatra y del odontólogo.

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Hepatitis B en niños

La Hepatitis B es una infección e inflamación del hígado producida por el virus de la hepatitis B. Este virus está presente por todo el planeta aunque en los países en los que se vacuna a la población es menos frecuente. En niños puede llegar a ser incluso asintomática.

El contagio suele ser por vía «parenteral», que ocurre cuando la sangre del niño entra en contacto con la sangre de otra persona (por ejemplo, transfusiones), o bien por vía sexual, debido a un contacto de esta índole, algo que no debería ocurrir en niños pequeños pero que sí puede suceder en adolescentes. En general, los contagios se producen porque entran en contacto líquidos corporales, por eso es poco frecuente en la edad infantil, en niños pequeños. Sin embargo, en los adolescentes el riesgo sube ya que al inicio de las prácticas sexuales se añade el posible uso de tatuajes o de drogas intravenosas, lo que incrementa el riesgo a cotas elevadas en caso de usar material no esterilizado. En los recién nacidos que son hijos de madres que poseen la enfermedad sí que existe un riesgo elevado. Este es el grupo de edad donde es más fácil adquirir una hepatitis en la infancia. El problema de las hepatitis en niños es que tienen riesgo de hacerse crónicas, mayor cuanto más pequeño es el niño.

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Hepatitis A en niños

La hepatitis A es una infección localizada en el hígado y causada por el llamado virus de la hepatitis A. Aunque no lo parezca, y a diferencia de otras hepatitis como la B o la C, la hepatitis A sí es relativamente frecuente en la edad infantil.

Es bastante contagiosa, y más en los niños ya que la vía de contagio suele ser fecal-oral, es decir, el niño que la padece puede tocarse con la mano en el área del pañal, o en las nalgas, y luego tocar a otro niño que se lleva su mano a la boca. El contagio también puede ser a través de agua o alimentos contaminados por el virus, aunque esto es poco frecuente en países desarrollados. Es la forma de hepatitis más frecuente en la infancia.

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Higiene en el recién nacido. El baño.

El baño en el recién nacido es muy sano, es un momento de alegría y relajación y fomenta el vínculo con el niño. Debe ser diario, de hecho no hay excusa para no hacerlo así y por supuesto desde el primer día de vida, ya que la presencia del cordón no impide el baño, siendo la única precaución procurar que no se moje en exceso y luego secarlo bien para que no permanezca húmedo.

Antes del baño hay que comprobar que el agua está a unos 35ºC y que el cuarto está al menos a 21ºC para evitar cambios bruscos de temperatura. Si se baña por la noche se ayudará a que el niño se relaje y esto le facilitará el sueño (lo que a veces ayuda a conciliar los despertares y los trastornos del sueño). Es recomendable usar jabones y cremas adecuados, secar al niño bien tras el baño y ponerle cremas hidratantes suaves y en poca cantidad.

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Caries del biberón o del lactante

La caries del biberón o del lactante es un tipo de caries que aparece típicamente en el lactante y que suele estar asociada a un uso determinado de los biberones. Las caries se producen por muchas causas pero existe una predisposición genética de forma que hay niños con mayor tendencia natural a padecerlas.

La flora bucal (los gérmenes normales que hay en la boca) son un factor fundamental para que se produzca, ya que un determinado grupo de ellas viven en medios ácidos y se adhieren al esmalte, sobre todo si existen azúcares que facilitan la adhesión de estas bacterias. Los azúcares que más adhesión permiten son los que están contenidos en la fruta, aunque el factor que más influye es que estos azúcares se den muy continuamente, como por ejemplo en forma de biberón que se da de forma casi continua y que contiene zumo de fruta, miel o cualquier otro tipo de azúcar que pueda generar este efecto.

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Inflamación de las encías (gingivitis) en niños.

La gingivitis es una inflamación de las encías, es decir, la mucosa gingival, que es el tejido que rodea los dientes. Afecta a un porcentaje muy importante de la población infantil aunque la mayoría de los casos son leves. Su mayor riesgo es que progrese a una periodontitis, enfermedad mucho más severa.

En general se produce por una inadecuada higiene oral que permite que se acumule placa bacteriana en la unión entre el diente y esta mucosa, lo que termina produciendo la inflamación de la mucosa. Otras causas que pueden producirla son las caries, los aparatos de ortodoncia, las maloclusiones dentales y déficit de determinadas vitaminas, como la C.

Los grupos de mayor riesgo son los niños pequeños, en los que es más difícil que hagan una adecuada higiene, y los adolescentes, que suelen descuidarla mucho. A veces durante la pubertad se producen variaciones en las hormonas que favorecen el desarrollo de placa bacteriana en las encías.

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Caries dental (dientes picados) en niños.

La caries dental es una enfermedad que produce una destrucción localizada y progresiva de un diente. Existen numerosos factores que la pueden producir o facilitar su producción.

La incidencia de esta patología suele reducirse en los sitios donde mejoran los hábitos higiénicos y sobre todo los preventivos, siendo uno de los que más ayuda la educación en hábitos de higiene dental desde muy temprana edad, como el uso de pasta de dientes incluso en bebés.

Las caries se producen por muchas causas. Existe una predisposición genética, de forma que hay niños que tienen los dientes con mayor predisposición a hacerlas. La flora bucal (los gérmenes normales que hay en la boca) son un factor fundamental para que se produzca, ya que un determinado grupo de ellas viven en medios ácidos y se adhieren al esmalte, sobre todo si existen azúcares que facilitan la adhesión de estas bacterias.

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Piojos (pediculosis y ladillas) en niños.

Es una infestación frecuente que consiste en una parasitación por un insecto denominado piojo, del que existen tres clases que producen tres cuadros distintos. Es un cuadro relativamente frecuente y que suele producir bastante alarma social al pensar mucha gente (generalmente de forma errónea) que su aparición está relacionada con hábitos de mala higiene.

En este post se explica por qué el hecho de tener piojos no es un indicativo de mala higiene, los diferentes tipos que existen y cuáles son fáciles de ver en edad pediátrica. También se explican los síntomas, las complicaciones que pueden aparecer si no se tratan de forma correcta y, sobre todo, cómo se tratan y cómo se puede intentar prevenir su aparición, sobre todo cuando existen brotes repetidos, en los que es fundamental realizar el tratamiento de todos los niños afectados a la vez, para evitar las reapariciones.

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