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Aumento de la frecuencia cardíaca o taquicardia sinusal en niños.

La llamada taquicardia sinusal consiste en un aumento de la frecuencia cardíaca del niño, de forma que esta es más alta de lo que se considera normal para su edad, ya que la frecuencia cardíaca normal de los niños varía en función de la edad, siendo más elevada al nacimiento y más lenta en niños mayores y adolescentes. En muchos casos, por fortuna, la presencia de una taquicardia en niños es un proceso benigno, aunque todas suelen ser objeto de valoración, revisión y estudio si es necesario.

¿Por qué se producen taquicardias en niños?
En general, el aumento de frecuencia cardíaca es normal en situaciones de estrés como el ejercicio, el llanto o incluso la fiebre, por eso es habitual que en urgencias y en consulta se ausculten niños con frecuencias cardíacas elevadas en esos casos. Sin embargo, algunos niños también pueden tener aumentos de frecuencia cardíaca por diferentes patologías, como anemia, enfermedades del tiroides o incluso por ingesta de algunos fármacos.

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Niños que se quedan «privados» (o espasmos del sollozo).

Los espasmos del sollozo, conocidos de forma coloquial como «que el niño se queda privado», son episodios en los que un niño de corta edad se queda sin respiración durante unos instantes. Suelen verse entre los seis meses y los dos años de edad, aunque pueden suceder hasta los cuatro o los cinco años, eso sí, de forma cada vez más rara, pues a partir de esa edad deberían ser excepcionales. Parece que su origen reside en una falta de maduración del sistema nervioso, de forma que durante el llanto el niño hace una espiración forzada y deja de respirar durante unos instantes. Suele haber antecedentes familiares de estos cuadros de espasmos del sollozo.

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Apneas del lactante o episodio aparentemente letal

El llamado episodio aparentemente letal, también conocido como apnea del lactante, consiste en cuadros en los que el lactante realiza pequeñas pausas respiratorias, de unos cinco a quince segundos, que llaman mucho la atención ya que puede presentar cambio de coloración en el que la piel puede adquirir un tono azulado o pálido, un mal tono muscular y un mal aspecto en general. A veces el niño puede presentar movimientos de extremidades que son percibidos como alarmantes por los padres, que tienen la sensación de que el niño parece que se está muriendo. Es, por lo tanto, un cuadro bastante llamativo y que puede generar una considerable alarma, bastante justificada, en el entorno familiar. Sin embargo, y a pesar de la sensación de enorme gravedad que producen, estos episodios duran poco y el niño se recupera tras ellos. En todo caso y ante la presencia de uno siempre se debe acudir a un servicio de urgencias.

Estos episodios no suelen ser letales a pesar de su apariencia, pero es cierto que podrían estar relacionados con el Síndrome de muerte súbita del lactante. Los episodios aparentemente letales son más frecuentes que los de muerte súbita, se ven en niños de menor edad y predominan durante el día, mientras que los episodios de muerte súbita suelen ser nocturnos. En este post se explican una serie de aspectos que nos ayudan a conocer mejor los episodios aparentemente letales.

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Heridas por mordeduras en niños

Las heridas por mordeduras en la infancia son lesiones producidas por mordiscos o bocados producidos por animales (lo más frecuente) o por otros niños. Es un cuadro relativamente frecuente en edad infantil, siendo las mordeduras más frecuentes las producidas por perro, y las de gato en segundo lugar. Las mordeduras por el hombre no son raras en la edad infantil, ya que es fácil que los niños se muerdan entre ellos jugando o en peleas de guardería o de patio de colegio. Un caso especial son las mordeduras producidas por ratas, que son poco frecuentes en pediatría pero pueden producirse en determinados sitios como por ejemplo en el campo. Las mordeduras producidas por perros suelen ser sobre todo en manos, pies y en extremidades. Las de gato suelen verse sobre todo en las manos, concretamente en los dedos.

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Obstrucción del conducto lagrimal en niños.

La obstrucción del conducto lagrimal (también llamado lacrimonasal o nasolagrimal) consiste en un cierre total o parcial del sistema de drenaje lagrimal, que permite el paso de las lágrimas desde la superficie del ojo hacia el interior de las fosas nasales. Este conducto es el denominado lacrimonasal.

Puede verse al nacimiento, en niños que no tienen completamente abierto el conducto lacrimonasal al nacer. Es un cuadro relativamente frecuente aunque la mayoría son casos parciales o leves que se resuelven espontáneamente. En muchos de estos casos la causa es la persistencia de una pequeña membrana en la válvula de salida de la lágrima. Pero también se puede ver como consecuencia de infecciones u otros procesos que pueden afectar a este conducto, de forma que se generan cicatrices que pueden obstruirlo de forma parcial o total.

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Enfrentamiento a la autoridad (negativismo desafiante) en niños y adolescentes.

El negativismo desafiante (u oposicionamiento activo) es una forma leve del trastorno de conducta típico, niños que suelen tener comportamientos agresivos y que se enfrentan a los comportamientos y normas sociales establecidos como normales. Suelen enfrentarse con facilidad a la autoridad.

Son niños que en general y de forma resumida, tienden a desobedecer, haciendo sólo aquello que les otorga placer o satisfacción.

De esta forma suelen ser desobedientes, desafiantes, se enfadan y enfadan a los que les rodean y ponen todo tipo de excusas para no hacer lo que se les ordena o les corresponde. Son frecuentes entre los 18 meses y los 3 años. La mayoría de estos casos se relacionan con un exceso de relajación por parte de los padres, que a veces otorgan demasiada permisividad a los niños, que sacan partido a esa situación adoptando los comportamientos que les produce placer o satisfacción.

Las formas más leves, comunes y fáciles de corregir de estos cuadros se manifiestan en forma de rabietas o enfados, en los que a veces el niño puede adoptar actitudes como contener la respiración.

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Invaginación intestinal

La invaginación intestinal ocurre cuando una parte del intestino del niño se introduce dentro del tramo de intestino que tiene al lado. Es una especie de pliegue del tubo intestinal sobre sí mismo y es la urgencia abdominal más frecuente en los niños menores de dos años, edad en la que se ven la mayoría de los casos.

El mayor problema de este cuadro es que puede llevar a un infarto del intestino, proceso muy grave ya que puede conducir a una perforación con peritonitis, ambos cuadros muy severos. La edad en la que es más frecuente verla es entre los 6 y los 12 meses. En la mayor parte de los casos no se sabe por qué se produce. Se cree que puede influir la infección por determinados virus pero no está clara la relación. En un bajo porcentaje de los niños existe una causa clara como por ejemplo un divertículo de Meckel ó un pólipo intestinal, pero no suele ser lo habitual.

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Balanitis (inflamación del glande) en niños.

La balanitis es una infección del glande, que es la parte final del pene del niño. Generalmente está producida por bacterias, aunque también puede verse originada por hongos.

Hay veces en los que la mera presencia de secreciones en la zona puede hacer sospecharla, aunque estas secreciones realmente no sean producto de una infección.

La balanitis puede producir inflamación de la zona, a veces con picor o molestias. En función de la facilidad para que se expulsen las secreciones (más difícil si hay fimosis) puede haber un acúmulo de secreciones en el surco balano-prepucial. Puede haber un cuadro de fiebre.

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Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca en lactantes.

La intolerancia a las proteínas de la leche de vaca es una reacción adversa del organismo del niño frente a las proteínas de la leche de vaca, aunque en este caso no es una alergia, como sí ocurre en el cuadro de alergia a las proteínas de la leche de vaca. Los cuadros de intolerancia son relativamente frecuentes y en general tienen buen pronóstico y evolución.

Por qué se produce intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.
No se conoce realmente por qué se produce este cuadro de reacción frente a las proteínas de la leche de vaca, aunque parece que el mecanismo no es el de una alergia. Parece ser que el intestino del lactante podría estar inmaduro (poco desarrollado), lo cual permitiría el paso de proteínas grandes de leche de vaca mal digeridas. Estas proteínas, al entrar en contacto con el sistema inmunológico del niño, generarían una respuesta defensiva.

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Alergia a las proteínas de la leche de vaca en lactantes y niños.

La alergia a las proteínas de la leche de vaca es una reacción que produce el sistema defensivo del niño frente a la leche de vaca. Son relativamente frecuentes entre la población infantil y por ese motivo el diagnóstico debe estar siempre confirmado, no siendo válida la mera sospecha por parte de los padres. Siempre se debe acudir a un pediatra para la realización de un estudio. No es raro encontrarla en niños que tienen el antecedente de dermatitis atópica moderada o severa.

Se debe a que ciertas proteínas que están contenidas en la leche de vaca son reconocidas como extrañas por el sistema inmunológico (defensivo) del niño, que fabrica una serie de sustancias denominadas anticuerpos con el fin de defenderse de ellas. El problema es que además se desencadena una respuesta defensiva e inflamatoria que puede ser muy perjudicial para el niño. A veces predispone a padecerla la introducción temprana de la leche artificial o los cuadros de gastroenteritis previos a esta introducción.

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