La tos es un mecanismo reflejo que aparece ante determinados estímulos de la vía aérea del niño o de otras localizaciones, como por ejemplo los oídos o el estómago. Es un mecanismo de defensa natural del organismo y es muy beneficiosa para eliminar el exceso de mucosidad o cuerpos extraños.
La tos también es una de las mayores preocupaciones de los padres y uno de los motivos de consulta más frecuentes en pediatría, especialmente durante el invierno, donde se asocian con mocos, o en primavera, dado el alto número de niños con diferentes cuadros de alergia que hay. En este post se explica por qué se produce la tos, qué síntomas pueden ser normales en relación a ella y cuáles no. También se evalúa lo que es una tos crónica o aguda, los tipos de tos y las condiciones en las que surgen. Y por supuesto, nociones sobre cómo se puede enfocar el tratamiento y reducir o prevenir en parte su aparición.
Por qué se produce
En general la mayoría de los cuadros de tos están producidos por cuadros leves, como catarros, resfriados o faringitis. A veces se puede desencadenar tos por episodios de asma o incluso por infecciones en el pulmón. Hay ocasiones, afortunadamente bastante menos frecuentes, en las que la tos puede producirse por cuadros como una infección por tuberculosis, un cuerpo extraño en vía aérea o determinados síndromes que afectan a las secreciones o al aparato respiratorio, como la fibrosis quística.
Qué síntomas produce
Se considera que una tos producida por un cuadro agudo, como un catarro o una faringitis, puede llegar a durar hasta tres semanas. En los casos en los que la tos se prolonga más de cuatro semanas se empieza a hablar de tos crónica.
Qué complicaciones puede producir
La tos en sí misma es un mecanismo de defensa que por lo general no se debe inhibir y que no suele producir ningún tipo de daño o secuela. Hay ocasiones, aunque muy poco frecuentes, en que, si la tos es fuerte y continuada, se pueden producir cuadros llamativos como pérdida de la conciencia por síncope, roturas del tejido pulmonar o de costillas por el esfuerzo e incluso hernias.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico es sencillo porque basta escuchar al niño para saber que está con tos. Sin embargo la tos por sí sola no tiene valor, ya que el pediatra buscará aspectos como el tiempo que lleva tosiendo, si expectora o no y por supuesto los síntomas que puedan estar acompañando al proceso, como fiebre, dificultad respiratoria, afonía u otros, que puedan orientar al origen de la tos. Es poco frecuente que un proceso de tos pueda necesitar la realización de pruebas complementarias. A veces, cuando el cuadro se prolonga, aparecen síntomas no habituales o hay determinados antecedentes en el niño o en la familia, el pediatra decide pedir algunas pruebas. Entre ellas suelen estar una radiografía de tórax, estudios de alergia o una espirometría en niños mayores. Hay otras muchas pruebas que se pueden pedir en función de los hallazgos.
Cómo se trata
En general la tos en sí no suele requerir un tratamiento específico, ya que es un mecanismo de defensa enfocado a eliminar o mitigar el efecto de lo que está produciendo la irritación de las vías aéreas. Por eso en muchos casos el pediatra no enfocará el tratamiento a la tos en sí, sino al proceso que la está produciendo, en caso de que éste sea subsidiario de ser tratado. En general suele ayudar que el niño beba líquido y tenga humedad ambiental (como con el uso de humidificadores).
Hay ocasiones en que la tos es seca, irritativa, dolorosa o impide que el niño pueda dormir o llevar a cabo su actividad cotidiana, sin que esa tos le reporte ningún beneficio. Solo en esos casos (y en función de la edad) puede ser útil el uso de algunos antitusígenos. Sin embargo es importante considerar que en general suelen tener efectos secundarios, como depresión del sistema nervioso, depresión respiratoria, estreñimiento u otros.
En los casos en los que el niño expectora moco lo más útil suele ser la humedad ambiental y en ocasiones el uso de mucolíticos. En los casos de tos seca también se benefician de humedad ambiental y del uso de fármacos enfocados a bloquear el reflejo de la tos. Estos fármacos no son aptos para todos los niños y edades, por lo que se debe consultar siempre con el médico o farmacéutico antes de utilizarlos y por supuesto seguir las indicaciones que vienen en sus cajas y prospectos.
Hay fármacos, como el Pectox®, que combinan una o varias de estas acciones, como la acción antitusiva (al reducir la frecuencia y la intensidad de la tos), ayudando a expulsar el exceso de moco, aumentando la eficacia de los antibióticos (en los casos en los que sea necesario) o bien reduciendo el daño celular pulmonar. Estos fármacos son de compra libre aunque deben utilizarse bajo consejo médico o farmacéutico.
En los casos en los que existe un exceso de moco también son útiles preparados comerciales como Sinomarin®, que es un preparado hipertónico a base de agua de mar enfocado a aliviar los síntomas de la congestión nasal facilitando la eliminación de moco. Existen presentaciones aptas para niños desde el nacimiento y otras específicas para niños mayores.
Qué pronóstico tiene
La inmensa mayoría de los cuadros de tos suelen ser agudos (duración menor a tres semanas) y relacionados con procesos respiratorios más o menos leves. En general desaparecen espontáneamente o con el uso de humedad ambiental en pocos días. A veces la tos se hace crónica (más de 3-4 semanas) o aparecen otros síntomas añadidos. En esos casos el seguimiento debe hacerlo el pediatra, que valorará la petición o no de pruebas complementarias en función del cuadro y su evolución. En caso de que de fondo exista un proceso de mayor consideración, como una infección moderada o un cuadro sindrómico, el diagnóstico y el tratamiento irá enfocado a estos procesos en sí.
Cómo prevenir la tos
Es prácticamente imposible prevenir la aparición de la tos ya que es un mecanismo de defensa ante una irritación de las vías aéreas. Sin embargo sí se pueden reducir los episodios de tos en niños con patologías conocidas como alergia o asma, manteniéndolos bien controlados y dando la medicación pautada según los profesionales sanitarios. En los casos de tos por infecciones leves, se puede intentar prevenir la aparición de éstas evitando los cambios bruscos de temperatura durante todo el año y con una alimentación sana y variada. En los casos en los que la tos sea seca e irritativa, se pueden utilizar algunos fármacos enfocados a reducirla, pero siempre bajo consejo médico o farmacéutico.
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