La faringitis, la amigdalitis y la faringoamigdalitis son inflamaciones, generalmente por procesos infecciosos leves, de la faringe (la garganta) y las amígdalas (órganos defensivos en forma de pelotas situadas a ambos lados de la garganta y que son fáciles de ver en niños más pequeños). Es uno de los cuadros más frecuentes en pediatría y afecta sobre todo a niños de entre los cuatro años y la adolescencia. Son especialmente frecuentes en los meses de invierno y no es raro que se repitan en el mismo invierno, sobre todo en los niños más pequeños. Su origen habitualmente es infeccioso, y puede estar producida por virus, lo más frecuente sobre todo en preescolares; o bacterias, que son algo menos frecuentes que las virales y suelen dar cuadros con más síntomas, sobre todo en niños en edad escolar.
Por qué se producen
Una de las bacterias más frecuentes e importantes es el estreptococo del grupo A (EGA). Algunos de los virus, como el productor de la mononucleosis infecciosa, pueden dar cuadros con síntomas muy llamativos. Se contagia por las secreciones respiratorias (tos, estornudos) y es muy contagiosa, por lo que la guardería y la escuela son focos de contagio. Aún así se necesita un contacto estrecho para que se produzca el contagio.
Qué síntomas produce
En los niños en edad preescolar los síntomas suelen ser más leves e inespecíficos: fiebre moderada o alta, irritabilidad, menor apetito y abundante secreción nasal, la denominada rinorrea o mocos.
En los niños en edad escolar el inicio suele ser más o menos súbito, con elevación llamativa de fiebre, dolor de garganta intenso, dolor de cabeza y abdominal, vómitos, exudado en forma de placas en faringe o amígdalas, ganglios en el cuello y a veces petequias en el paladar. En los cuadros virales lo habitual es la congestión nasal y ocular, cuadros de fiebre moderada, síntomas como diarrea o pequeñas erupciones cutáneas muy leves. En la faringe y amígdalas se puede ver inflamación leve y presencia de llagas. En el caso de la mononucleosis infecciosa el problema principal es la gran inflamación y dolor que se puede producir en la garganta, que puede hacer que el niño no ingiera líquidos y se corra el riesgo de deshidratación.
Qué complicaciones pueden producir
En los cuadros de origen bacteriano el riesgo es que se formen abscesos o afecten a los huesos de la mastoides, situados detrás de las orejas, produciendo mastoiditis. Si no se tratan adecuadamente el niño se puede hacer portador del estreptococo y tener cuadros de fiebre reumática o incluso de afectación renal en el futuro, de ahí la importancia de cumplir el tratamiento antibiótico completamente y de forma adecuada. En las mononucleosis infecciosas los mayores riesgos son la obstrucción de la vía aérea por la inflamación y el riesgo de rotura del bazo, además del de deshidratación.
Cómo se diagnostican
Son importantes la historia clínica y la exploración. En la historia el pediatra puede recoger antecedentes de interés, pero sobre todo datos relacionados con la forma de comienzo y la presentación de los síntomas, que pueden orientar mucho sobre el posible origen del cuadro. Así, los cuadros virales suelen producir síntomas propios de los cuadros catarrales, como tos, afonía, congestión ocular y nasal y lesiones en forma de úlcera en faringe y amígdalas. Los cuadros bacterianos suelen dar subidas de fiebre iniciales muy bruscas. La mononucleosis infecciosa genera un cuadro llamativo con abundantes ganglios y a veces provoca una llamativa erupción cutánea si se da antibiótico al niño.
En la exploración ciertos datos pueden ayudar también a localizar el origen del cuadro. Los de origen bacteriano suelen tener la faringe muy roja e inflamada con aumento de tamaño de amígdalas con posibles exudados, abundantes ganglios en cuello y a veces petequias en garganta. Se diferencia de la Herpangina en que esta última presenta vesículas, localizadas sobre todo en la parte de más atrás, en la faringe, y además suelen estar rodeadas de un pequeño círculo o halo de color rojizo. La herpangina puede dar fiebre bastante alta pero no responde a tratamiento antibiótico ya que es un cuadro viral y suele durar entre tres y seis días.
A veces es útil realizar ciertos estudios para conocer si el origen del cuadro es la bacteria EGA, ya que esta puede generar ciertas complicaciones que el pediatra valora. Para ello se suelen coger muestras de exudado de garganta que se utilizan para detección rápida de estreptococo y para cultivo en caso de negatividad del test rápido (si el test de detección rápida es positivo el cultivo ya no es necesario). A veces se realiza un estudio analítico para buscar anticuerpos frente al Epstein Barr Virus, el virus productor de la mononucleosis infecciosa.
Cómo se trata
—Hay una serie de recomendaciones generales que suelen ser de enorme utilidad: mantener un buen estado de hidratación por las importantes pérdidas de líquidos que se producen; realizar lavados de fosas nasales con suero para aliviar los síntomas respiratorios producidos por la congestión nasal. Son especialmente útiles antes de las tomas y por la noche, antes de dormir. Ofrecer humedad ambiental, por ejemplo con el uso de humidificadores ambientales. Antitérmicos para la fiebre que pueden servir como analgésicos para el dolor, como el paracetamol.
—Los descongestivos como los basados en oximetazolina tienen numerosos efectos secundarios, por lo que no se deben usar en lactantes menores de 6 meses y en general se limitan a niños mayores de 2 años. Además se suelen utilizar pocos días y en caso de hacerlo se debe hacer siempre bajo prescripción, respetando las dosis y las pautas marcadas.
—Los mucolíticos en teoría ayudan a hacer más fluido el moco, de forma que parece que se elimina más fácilmente. Pero para ello es importante que se acompañe de lavados con suero o bien que el niño se suene, ya que si no se tendrá la sensación de que tiene incluso más mocos al estar más líquidos.
—Los antitusígenos son fármacos que disminuyen la tos. Cuando la tos expulsa moco, la llamada tos húmeda, no se deben utilizar ya que la tos realiza una labor fundamental. Sólo en los casos en los que existe tos seca y persistente que impide el sueño se pueden utilizar. En general se usan a partir de los dos años y siempre bajo prescripción médica o farmacéutica, ya que muchos son de compra libre. Es importante recordar que pueden tener efectos secundarios en caso de abusar de ellos.
—En los casos de origen bacteriano el tratamiento se basa en antibióticos, sobre todo si el agente es un estreptococo. A veces el tratamiento puede ser iniciado con antibióticos de amplio espectro y una vez que se tiene el resultado de los cultivos del exudado de garganta se pueden usar antibióticos específicos. Lo ideal suele ser utilizar penicilina o amoxicilina. En cualquier caso el tratamiento siempre debe estar pautado y supervisado por el pediatra. Los antibióticos sólo se utilizan en los casos confirmados de origen bacteriano o en los de alta sospecha.
Qué pronóstico tiene
La mejoría suele ser buena y relativamente rápida, aunque para ello es obligado que se cumpla el tratamiento antibiótico pautado de forma completa. Las pautas incompletas aumentan el riesgo de complicaciones, recaídas y aparición de gérmenes resistentes a los antibióticos, que pueden producir cuadros muy graves.
Cómo prevenirlo
El niño con este cuadro no debería ir a la escuela o guardería hasta que se encuentren bien (suele ser al segundo o tercer día de tratamiento) y los familiares deben extremar la higiene cotidiana y el lavado de manos tras estar en contacto con el niño. El riesgo es que contagie a otros niños. Esta es una decisión que tienen que tomar los padres.
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