El acné en el recién nacido consiste en la presencia de lesiones típicas de acné en niños menores de treinta días. De hecho, se puede presenciar en niños de hasta dos o tres meses de vida.
Se produce debido a que los folículos pilosebáceos y las glándulas sebáceas se pueden afectar por un exceso de producción de grasa cuyo origen suele ser hormonal. Cuando estos folículos se obstruyen se acumula la grasa y se produce el denominado comedón, que puede ser abierto o cerrado. Suele ayudar la presencia de ciertos gérmenes, como el Propionibacterium acnes, que favorecen la inflamación.
Existe un cierto componente genético ya que hay asociación familiar. La presencia de acné en el recién nacido parece que predispone a padecer cuadros más severos en la adolescencia. Otros factores que influyen en la aparición de acné son algunos cosméticos, cremas ó fármacos que puede que esté incluso tomando la madre y que pasen en parte por la leche materna.
Qué síntomas produce
La lesión que define el acné es la presencia de comedones. Estos pueden ser abiertos (los denominados «puntos negros») o bien cerrados (blancos enteros, conocidos como «espinillas»). Estos últimos son los que pueden evolucionar a lesiones como pápulas, pústulas, nódulos o incluso auténticos quistes. Lo habitual es encontrar comedones cerrados en diferentes fases. Los cuadros leves consisten en la presencia de comedones no inflamados y son los que se suelen ver en los recién nacidos y lactantes. A esta edad las localizaciones más frecuentes son la zona de la barbilla, la frente y las mejillas del niño.
Qué complicaciones puede producir
La presencia de acné en el recién nacido parece que predispone a padecer cuadros más severos en la adolescencia.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico se basa en la exploración del niño, en la que se evidencian las lesiones típicas del acné. El pediatra indagará en la historia clínica la existencia de factores predisponentes y en el resto de la exploración, signos de otros procesos que puedan estar relacionados. En los casos en los que el acné sea grave o la evolución no sea buena, se suele pedir valoración por el dermatólogo.
Cómo se trata
En la mayoría de los casos no se requiere ningún tipo de tratamiento ya que el cuadro evoluciona de forma favorable, desapareciendo. En algunos casos esto tarda en ocurrir, por lo que puede que el niño necesite valoración por un dermatólogo.
Qué pronóstico tiene
En general es muy bueno ya que la mayoría son leves y transitorios. Su único problema es que pueda predisponer realmente a cuadros severos en la adolescencia.
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