Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca en lactantes.

La intolerancia a las proteínas de la leche de vaca es una reacción adversa del organismo del niño frente a las proteínas de la leche de vaca, aunque en este caso no es una alergia, como sí ocurre en el cuadro de alergia a las proteínas de la leche de vaca. Los cuadros de intolerancia son relativamente frecuentes y en general tienen buen pronóstico y evolución.

Por qué se produce intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.
No se conoce realmente por qué se produce este cuadro de reacción frente a las proteínas de la leche de vaca, aunque parece que el mecanismo no es el de una alergia. Parece ser que el intestino del lactante podría estar inmaduro (poco desarrollado), lo cual permitiría el paso de proteínas grandes de leche de vaca mal digeridas. Estas proteínas, al entrar en contacto con el sistema inmunológico del niño, generarían una respuesta defensiva.


Qué síntomas produce
Lo habitual es que comiencen tras el inicio de la lactancia artificial, y aparecen de una forma a veces incluso poco intensa. Los síntomas más frecuentes son los episodios de diarrea (que puede contener restos de sangre), vómitos y de irritabilidad, probablemente desencadenada por molestias o dolor abdominal. A veces los síntomas son que el niño empieza a llorar durante la toma de leche artificial, llegando incluso a interrumpirla, de manera que el niño se queda con hambre y vuelve a pedir al poco rato, ocurriéndole lo mismo. A veces el único dato evidente consiste en que el niño no gana peso de forma adecuada justo tras el inicio de la lactancia artificial.

Cómo se diagnostica
Para poder llegar al diagnóstico es importante referir al pediatra todos los datos posibles en la historia clínica, con el fin de relacionar adecuadamente la ingesta de las proteínas de la leche de vaca con los síntomas del niño. Tras la exploración física el pediatra puede apoyarse en el uso de determinadas pruebas con el fin de apoyar la sospecha, como son determinados análisis de heces y de sangre, sobre todo con el fin de descartar un cuadro de alergia (en vez de intolerancia) a las proteínas de la leche de vaca.

Cómo se trata
Se basa en evitar la ingesta de proteínas de leche de vaca por parte del niño. En los lactantes se pueden utilizar fórmulas hidrolizadas, que siempre deben estar pautadas por el pediatra. Estas fórmulas suelen tener peor sabor que las habituales, pero es importante insistir ya que el niño las terminará aceptando y tomando adecuadamente.
Es muy recomendable, en los casos en los que sea posible, que se prolongue la lactancia materna lo máximo posible, ya que proporcionará al lactante los nutrientes necesarios durante los primeros meses de vida. En estos casos es importante recordar que la madre debe evitar a su vez el consumo de alimentos que puedan contener proteínas de leche de vaca. Durante el tiempo que el niño está con fórmulas hidrolizadas el pediatra hará un seguimiento de su crecimiento y desarrollo.

Qué pronóstico tiene
Normalmente este cuadro revierte sobre los 10-12 meses de vida, de forma que la mayoría de los niños suele tolerar la ingesta de proteínas de la leche de vaca a partir de esa edad. Una de las partes del seguimiento consiste en indicar cuándo empezar a probar de nuevo con esta leche. En ciertos casos la intolerancia puede prolongarse más tiempo o incluso toda la vida, pero suelen ser casos excepcionales.

Este contenido se ha elaborado utilizando información basada en evidencia científica. Pincha aquí para conocer las fuentes que se han utilizado para su elaboración.

2 comentarios en “Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca en lactantes.

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