La alopecia, calvicie o pérdida de pelo es un motivo de consulta bastante frecuente en la edad infantil. De hecho, la alopecia o calvicie puede estar presente al nacimiento o bien producirse en algún momento de la infancia (esto es mucho más frecuente).
También puede ser difusa o localizada, siendo esta también la forma más frecuente. En la inmensa mayoría de los casos en edad infantil la presentación va a ser tras el nacimiento y en la forma localizada (en áreas). Las causas más frecuentes son las infecciones por determinadas infecciones superficiales por hongos (los cuadros comúnmente denominados como «tiñas», la denominada alopecia areata y la alopecia traumática. Todos estos procesos se explican a continuación.
En las tiñas del cuero cabelludo lo que se producen son infecciones por hongos que afectan al cabello, de forma que pueden incluso crecer por dentro del pelo. Pueden producir formas no inflamatorias en las que rompen el pelo, o formas inflamatorias en las que sí se afecta el cuero cabelludo. Suele ser la causa más habitual en pediatría.
La alopecia areata no tiene un origen claro o bien conocido, aunque parece relacionado con el sistema inmunitario, ya que no es raro que se asocie a enfermedades autoinmunes. Parece que el estrés puede ser un factor que la aumenta, pero no que la genera.
La alopecia traumática se relaciona con procesos como la tricotilomanía (el niño se arranca pelo y se lo suele comer, lo que termina produciendo dolor abdominal a la larga) o la tracción, relacionada con procesos como peinados con el pelo tirante o el uso de planchas o secadores muy calientes. Otros tipos de alopecias traumáticas son las producidas por roce o presión.
Qué síntomas produce
El síntoma más llamativo y evidente es la pérdida de cabello, que además en función de cómo se produce puede orientar mucho sobre el origen. Sin embargo cualquier otro síntoma que presente el niño puede ser muy importante. En la alopecia en sí es muy importante fijarse si esta está presente desde el nacimiento o en el momento en el que aparece. Suele ayudar mucho conocer si hay otros niños que puedan estar afectados (como suele ocurrir con las tiñas), si la técnica de peinado puede estar influyendo o si por ejemplo el niño tiene dolor abdominal que ha coincidido con el inicio de la pérdida de cabello (en este caso puede que se lo esté arrancando e ingiriendo). Otros datos que pueden ser de ayuda son los relacionados con los procesos que pueden estar generando la calvicie, como la presencia de enfermedades autoinmunes (o de síntomas que orienten a ellas), la ingesta de fármacos, los procesos malabsortivos que pueden generar déficit de nutrientes, estrés u otros factores.
Qué complicaciones puede producir
La principal complicación es que la pérdida de cabello se extienda y además pueda prolongarse en el tiempo, haciéndose definitiva. Aunque esto es poco frecuente en pediatría, el pediatra lo tendrá en cuenta para plantea pruebas o derivaciones a otros especialistas, con el fin de evitar esta complicación.
Cómo se diagnostica
Son fundamentales la historia clínica y la exploración. En la historia el pediatra indagará sobre los aspectos reseñados en síntomas con el fin de esclarecer el posible origen. Además preguntará sobre los antecedentes familiares, personales del niño y otros posibles factores o riesgos de exposición a diferentes procesos. En la exploración buscará indicios no solo en el pelo, como la presencia de tiñas o dermatitis, sino también en todo el cuerpo, del proceso que pueda ser el que está desencadenando el cuadro. A veces pueden ser necesarias algunas pruebas complementarias, como el cultivo de muestras para comprobar el crecimiento de los hongos, exámenes exhaustivos del pelo por un dermatólogo, e incluso analíticas u otras pruebas en los que se sospechen otros procesos, como enfermedades autoinmunes.
Cómo se trata
Las tiñas se tratan con fármacos antifúngicos, como la griseofulvina u otros fármacos, que deben ser administrados por vía oral durante varias semanas para que penetren bien en el pelo. En la alopecia areata no existe un tratamiento farmacológicos, los que a veces se hacen con fármacos como los corticoides ó el minoxidil pueden tener efectos secundarios, además de una eficacia muy limitada. Suele ayudar mucho el reducir el nivel de estrés en el niño (si existe) y, en los casos en los que se localice un proceso de base, el tratamiento de este es fundamental. En la alopecia de origen traumático el tratamiento es muy sencillo ya que consiste en identificar el problema y solucionarlo. A veces es tan sencillo como cambiar de peine o cortar el cabello muy corto en los niños que se lo arrancan (tricotilomanía).
Qué pronóstico tiene
Depende mucho de la causa. Los procesos infecciosos como las tiñas y los traumáticos en general se resuelven tratando el proceso de base, pero en otros como la areata esto puede ser mucho más complicado. En los que se pueden tratar el cabello empieza a recuperarse en pocas semanas pero puede tardar meses en regenerarse.
Cómo prevenirlo
Las tiñas se pueden prevenir evitando el contacto con niños potencialmente infectados o que se conozca que lo están. En los casos de tricotilomanía se puede intuir si el niño tiene dolores abdominales cuando inicia la calvicie. En los traumáticos se pueden abortar si se corrigen actitudes como retorcerse el pelo o enrollarlo en el dedo, que a veces hacen muchos niños. Otras veces se puede corregir la técnica de peinado, lavado o secado de pelo si se observa que al hacerlas se pierde pelo. Para prevenir la alopecia areata es fundamental reducir el nivel de estrés o de ansiedad en el niño, que a veces no es demasiado evidente.
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