El eritema nodoso (o nudoso) en niños consiste en una reacción del sistema inmunológico que genera la aparición de unos característicos nódulos o pequeños bultos, que suelen verse bajo la piel de las piernas y por debajo de las rodillas. Suele verse más en las niñas, y es raro que se presente en menores de seis años.
Su origen parece residir en una respuesta inflamatoria del propio sistema inmunológico del niño. Esta respuesta se produciría como reacción a determinados procesos, como algunas infecciones. Las que con mayor frecuencia asocian a este cuadro son las infecciones producidas por estreptococos (que suelen producir, entre otros, infecciones de garganta) o cuadros menos frecuentes como la tuberculosis.
Otros gérmenes que pueden estar relacionados con este cuadro son virus, sobre todo los que producen enfermedades en el hígado, hongos y algunos parásitos, como las lombrices intestinales. También puede producirse por procesos inflamatorios más raros, como la sarcoidosis, o como reacción a fármacos como los anticonceptivos orales o la penicilina. En casos excepcionalmente raros se asocia a enfermedades autoinmunes o incluso a tumores. Y es importante recordar que un porcentaje considerable aparece sin que haya una causa clara o que se logre averiguar.
Qué síntomas produce el eritema nodoso en niños.
Lo más característico es la presencia de nódulos por debajo de la piel que suelen ser duros, dolorosos y calientes, además de proporcionar un aspecto enrojecido a la piel que está por encima de ellos. Suelen medir entre uno y tres centímetros. Lo habitual es que se localicen en la zona denominada pretibial, es decir, en el área que va, por delante, desde la rodilla hasta el tobillo. Suele verse en ambas piernas a la vez.
Al principio suelen ser de color rojo pero luego van evolucionando y cambian, primero al morado y luego al verde. No suelen ulcerarse ni supurar, sino simplemente desaparecer en unas dos semanas, aunque algunos pueden permanecer hasta meses. A veces aparecen otros síntomas como fiebre, inflamación, dolor en las articulaciones o inflamación de ganglios linfáticos, que pueden dar lugar a cuadros de adenopatías. También es habitual que los niños presenten cansancio y fatiga.
Qué complicaciones puede producir el eritema nodoso en niños.
La evolución suele ser buena y las lesiones no suelen dejar ningún tipo de cicatriz o secuela. Eso sí, es importante estudiar el origen del cuadro, por si este fuera susceptible de recibir tratamiento.
Cómo se diagnostica el eritema nodoso en niños.
La historia clínica permitirá al profesional obtener datos que apunten al diagnóstico de eritema nodoso y, sobre todo, al posible origen de este, dado que preguntará sobre posibles infecciones, consumo de fármacos, etc. En la exploración el pediatra explorará no sólo los nódulos, sino todo el cuerpo para obtener signos que orienten a la posible causa. De hecho, uno de los primeros planteamientos será distinguir si esos nódulos son un proceso de eritema nodoso o bien otro tipo de lesiones como pueden ser abscesos, celulitis, quistes grasos o hematomas por golpes.
En función de los datos obtenidos se puede plantear la realización de pruebas orientadas al estudio de la causa del eritema nodoso. Entre las más frecuentes están estudios analíticos, cultivos de muestras de garganta, prueba de Mantoux para detectar tuberculosis, estudios de heces, pruebas de imagen con radiografías e incluso realización de biopsias cutáneas.
Cómo se trata el eritema nodoso en pediatría.
El tratamiento de los nódulos en sí es sintomático, normalmente se recomienda reposo, mantener las piernas en alto y antiinflamatorios para ayudar a bajar el dolor y la inflamación, ya que en general la evolución es buena. En algunos casos se asocia tratamiento con corticoides, pero en la mayoría no suele ser necesario. La mejoría puede comenzar a verse en unos pocos días. En los casos en los que existe un origen, el tratamiento es el de la patología que está originando el cuadro.
Qué pronóstico tiene el eritema nodoso en niños.
La mayoría de los nódulos suelen evolucionar desapareciendo en unas dos semanas, pero otros pueden permanecer más tiempo. En los casos en los que el origen es infeccioso, es necesario su tratamiento con el fin de asegurar un buen pronóstico. Aunque es poco frecuente, pueden verse recaídas, sobre todo si aparecen cuadros de los que predisponen a su aparición.
¿Se puede prevenir el eritema nodoso en niños?
No, no hay forma de prevenir su aparición ni las posibles recurrencias. Si aparecen recurrencias, se debe consultar siempre ya que la causa puede residir en un empeoramiento del proceso de base.
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