El eritema infeccioso en niños consiste en una enfermedad viral cuya principal característica es la presencia de una erupción cutánea muy característica, denominada de forma técnica «megaloeritema», y cuya imagen a veces puede recordar a una mejilla abofeteada, lo que hace que este cuadro sea relativamente fácil de reconocer, cuando se presenta esta erupción tan característica.
El eritema infeccioso se presenta normalmente en relación a una infección producida por el parvovirus B19, un virus que se transmite a través de secreciones respiratorias, siendo por eso bastante contagiosa, y más en niños pequeños, sobre todo en edad de acudir a guardería.
Qué síntomas produce el eritema infeccioso en niños.
El periodo de incubación de este proceso puede ser de hasta unas dos semanas, que luego se sigue de un periodo con síntomas catarrales, indistinguible de cualquier otro proceso viral. Tras unos días con estos síntomas, aparece la erupción, que se inicia en la cara con esa imagen tan típica de «mejilla abofeteada», que suele respetar los labios y la boca. El eritema puede afectar otras zonas del cuerpo, sobre todo brazos, piernas y las nalgas. La erupción puede permanecer durante semanas, y su intensidad varía por ejemplo con la temperatura o los baños.
Menos frecuentes son otros síntomas como la inflamación de determinadas articulaciones o incluso afectación de las células sanguíneas, pudiendo producir anemias por afectación de la médula ósea, que es donde se genera la sangre.
Qué complicaciones puede producir el eritema infeccioso.
En general, en los niños sanos es difícil que produzca complicaciones. Eso sí, donde puede llegar a ser peligroso es en los fetos, ya que puede llegar incluso a producir su muerte. Por ese motivo es importante que una mujer embarazada consulte en caso de tener la más mínima sospecha de haber estado en contacto más o menos cercano con un niño que pueda estar padeciendo este cuadro.
Cómo se diagnostica un eritema infeccioso en niños.
Se puede diagnosticar por la clínica pero a veces no es sencillo, sobre todo antes de que aparezca el exantema, ya que los síntomas son los propios de cualquier cuadro viral. Por eso, cuando no se tiene claro su origen, un estudio de anticuerpos del niño frente al virus suele dar la confirmación definitiva. En la mayoría de los casos no es necesario realizar esto, ya que la presencia del exantema en la cara suele ser bastante sugerente.
Tratamiento del eritema infeccioso en niños.
Como en otros cuadros de erupciones producidas por virus el tratamiento es sintomático. Cuando existen complicaciones, por ejemplo crisis severas de afectación de la sangre, puede ser necesario incluso recurrir a transfusiones. Por fortuna esto es algo bastante poco frecuente.
Pronóstico del eritema infeccioso en niños.
En general es bueno. La única excepción a esto residiría en los fetos, motivo por el cual la prevención es el mejor arma (evitar el contacto de mujeres embarazadas con niños que estén pasando procesos virales compatibles con este cuadro).
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