El bocio es el aumento de tamaño del tiroides, que es la glándula que produce la hormona tiroidea y que se encuentra en el cuello. Se puede palpar como una masa en el cuello y es un hallazgo que no es raro en la edad infantil y que no se tiene por qué acompañar de enfermedad ni de cambios en la función del tiroides (ni hipertiroidismo ni hipotiroidismo) aunque por lo general se estudian todas esas posibilidades cuando se aprecia en consulta.
Hay múltiples causas que pueden generar un cuadro de bocio en la edad infantil. Las más frecuentes son el déficit de yodo en la ingesta y el bocio simple (ó idiopático, en el que no se conoce la causa). Otras causas menos frecuentes, son las enfermedades autoinmunes (como la de Graves-Basedow), algunos fármacos (que puede estar tomando el niño o la madre, si esta le da pecho) o la presencia de nódulos. A veces el bocio puede producirse también por procesos infecciosos, malformaciones congénitas o incluso tumores, aunque estas causas son menos frecuentes en la edad infantil. Los casos relacionados con procesos autoinmunes son muy frecuentes y además tienen un importante componente hereditario.