El pie plano, laxo o contracto es una afectación en el pie del niño en la que el arco plantar pierde su forma habitual de bóveda al apoyar. Es lo contrario de lo que ocurre en el pie cavo.
No se conoce el motivo exacto de por qué se produce esta pérdida de la forma del arco plantar del pie. Se piensa que es por la presencia de unos tendones algo débiles (laxos). A veces se debe a deformidades de estructuras de la zona como los huesos o los propios músculos. Es importante recordar que el pie plano es normal al nacimiento y durante los primeros años de vida, ya que el arco plantar se va formando entre los 4 y los 9 años, aproximadamente.
Qué síntomas produce
El principal síntoma es que la planta del pie no tiene su habitual forma de arco, lo cual es evidente sobre todo al apoyar. En la edad infantil es raro que duelan, pero pueden hacerlo si el niño realiza deporte o ejercicios intensos. A veces los padres se dan cuenta de que el niño tiene algo raro cuando ven que gasta las suelas de los zapatos (ó zapatillas de deporte) de forma muy rápida.
En función del grado de afectación hay cuadros leves, moderados y severos. En los leves suele haber una cierta laxitud de estructuras (pie laxo). En los moderados puede haber mayor laxitud o bien algún tipo de deformación moderada. En los graves puede que la causa sea una deformación ósea o muscular que da lugar a un pie rígido y difícil de tratar. Normalmente los síntomas empeoran con el sobrepeso.
Qué complicaciones puede producir
Según el grado de afectación el cuadro puede producir dolor, limitación para una movilización normal e incluso deformidad en el pie.
Cómo se diagnostica
Para el diagnóstico es suficiente con la exploración, sobre todo si esta se realiza con la ayuda de un podoscopio, un dispositivo que permite apoyar el pie y observar, en un espejo situado debajo, su forma. Cuando el niño apoya lo normal es que se forme el arco plantar, sin embargo en el pie plano no es así. El pediatra u ortopeda puede solicitar al niño que realice distintos movimientos, como ponerse de puntillas. También puede probar a movilizar zonas como el dedo gordo del pie del niño. Con la imagen del apoyo del pie y la respuesta de esta a las pruebas se evalúa el tipo y grado de intensidad del pie plano. Sólo en los casos más graves puede que sea necesario realizar estudios mediante pruebas de imagen.
Cómo se trata
—Los cuadros leves (pies laxos o flexibles) se suelen tratar mediante la realización de ejercicios que estimulan la contractilidad de los músculos del pie, como andar descalzo por la arena o coger objetos con los pies. En muchos casos se utilizan plantillas adaptadas al pie del niño.
—Los cuadros moderados pueden necesitar un tratamiento corrector basado en la aplicación de yesos, sobre todo en niños más pequeños en los que es posible aún realizar corrección de esta forma.
—Los cuadros severos o los moderados de niños mayores pueden requerir cirugía. Esto es poco frecuente y casi excepcional que se realice antes de los 9-10 años de edad.
Un aspecto importante del tratamiento es corregir el sobrepeso del niño en los casos en los que este se asocie, ya que mejora el pronóstico al ser más fácil la corrección.
Qué pronóstico tiene
Depende directamente del grado de afectación. Los pies planos laxos (leves) casi son variantes de la normalidad, por lo que su pronóstico es muy bueno bajo control y a veces tratamiento. Sin embargo los moderados o los graves pueden tener procesos más complicados.
Cómo prevenirlo
Uno de los aspectos que puede ayudar a controlar los cuadros leves es el control del sobrepeso en los niños en los que este exista. Luego es importante realizar los ejercicios que paute el pediatra, o en caso de plantillas, utilizarlas adecuadamente.
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