Al resfriado común o catarro de vías altas también se le conoce por los nombres de rinofaringitis aguda o infección respiratoria aguda de vías superiores. Es una infección vírica aguda que afecta a a las vías respiratorias superiores y es el proceso más frecuente en la edad infantil. Es muy frecuente que los niños pasen numerosos cuadros de resfriados, sobre todo en la etapa preescolar.
Está causado por múltiples virus, de los que el más frecuente es el rinovirus. Suele verse sobre todo en otoño e invierno (ya que el virus sobrevive mejor en temperaturas frías) y es más frecuente en lactantes y preescolares que acuden a la guardería. El contagio se produce por secreciones respiratorias (tos, estornudos) y es una enfermedad muy contagiosa.
No es raro que un niño en edad preescolar padezca entre 6 y 12 resfriados al año, lo que puede hacer que gran parte del otoño y del invierno los niños estén con síntomas catarrales a estas edades. La incidencia de resfriados comienza a descender a partir de los 4-5 años.
Qué síntomas produce
Primero suelen aparecer molestias en la nariz y luego al deglutir. Luego aparecen síntomas más típicos como los estornudos, la tos, la afonía y la congestión nasal y ocular con mucosidad. Pueden aparecer dolores musculares (mialgias) y fiebre que generalmente no es muy elevada. Uno de los síntomas más característicos es la rinorrea, que es la presencia de secreciones (mocos) en nariz. La rinorrea en los resfriados suele ser muy líquida y el mayor problema es que puede producir dificultad para respirar (y por lo tanto para comer también). La tos suele ser de predominio nocturno y a veces puede hacerse bastante molesta.
En los niños en edad preescolar la fiebre sí que puede ser más elevada y pueden asociar vómitos y diarrea, que pueden desencadenar mayor afectación del estado general que en los niños en edad escolar. Tras el cuadro no es raro que la tos persista durante al menos otras dos semanas, aunque tiende a ir remitiendo.
Qué complicaciones puede producir
Entre las más frecuentes están los cuadros de otitis media, sinusitis, bronquiolitis, sobreinfecciones bacterianas del moco y, bastante menos frecuente, infección de vías bajas (pulmones). Las complicaciones en general son raras, siendo las más frecuentes las otitis, las sinusitis y las bronquiolitis. Estas complicaciones se valoran siempre por el pediatra en caso de que la evolución del resfriado no sea la esperada.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico se basa sobre todo en la historia clínica y en la exploración del niño, ya que entre ambos suelen aportar los datos necesarios para el diagnóstico de este proceso y sobre todo descartar otros que pueden ser parecidos. El seguimiento de la evolución del cuadro permitirá confirmar el diagnóstico o plantear nuevas posibilidades en el caso de que aparezcan nuevos síntomas.
Cómo se trata
El tratamiento es sobre todo de los síntomas que produce el cuadro ya que no existe un tratamiento específico de este cuadro. Siempre debe estar coordinado y seguido por el pediatra. En general se recomienda seguir una serie de recomendaciones generales, que suelen ser de enorme utilidad: mantener un buen estado de hidratación por las importantes pérdidas de líquidos que se producen; realizar lavados de fosas nasales con suero para aliviar los síntomas respiratorios producidos por la congestión nasal (especialmente útiles antes de las tomas y por la noche, antes de dormir); ofrecer humedad ambiental, por ejemplo con el uso de aparatos humidificadores, con el mismo fin; antitérmicos para la fiebre que pueden servir como analgésicos para el dolor, como el paracetamol.
Los descongestivos (oximetazolina) tienen numerosos efectos secundarios, por lo que no se deben usar en lactantes menores de 6 meses y en general se limitan a niños mayores de 2 años. Además se suelen utilizar muy pocos días y en caso de hacerlo se debe hacer siempre bajo prescripción médica, respetando las dosis y las pautas marcadas.
Los mucolíticos en teoría ayudan a hacer más fluido el moco, de forma que parece que se elimina más fácilmente. Sin embargo no parece del todo clara su utilidad y su efecto real.
Los antitusígenos son fármacos que disminuyen la tos. Cuando la tos expulsa moco no se deben utilizar ya que realiza una labor fundamental. Sólo en los casos en los que existe tos seca y persistente que impide el sueño se pueden utilizar. En general se usan a partir de los 2 años y siempre bajo prescripción por el pediatra. Es importante recordar que pueden tener efectos secundarios importantes.
Los antibióticos sólo se usan en caso de que existan datos que muestren un cuadro de sobreinfección bacteriana. Algunos de estos datos son la rinorrea (mucosidad nasal) de larga duración (más de 10 días), fiebre de al menos 3-4 días ó fiebre elevada. Siempre deben estar pautados por el pediatra.
Qué pronóstico tiene
En general es muy bueno, sobre todo si se realizan los cuidados indicados cuyo fin es aliviar los síntomas en el niño. En los casos en los que la evolución no sea del todo clara o haya indicios de sobreinfección bacteriana se debe consultar siempre al pediatra. También debe hacerse cuando aparecen síntomas nuevos.
Cómo prevenirlo
Prevenir el contagio es muy difícil ya que el cuadro es contagioso varios días antes incluso de que aparezcan los síntomas. El niño que padece el cuadro no debería ir al colegio o guardería y la familia debe cuidar mucho el lavado de manos y de ropa para no contagiarse.
Este contenido se ha elaborado utilizando información basada en evidencia científica. Pincha aquí para conocer las fuentes que se han utilizado para su elaboración.
Hola, Bruno. Tengo una pregunta. Mi sobrina de 2 años lleva unos días que parpadea rápido, a ratos, como si tuviera un tic, sobre todo cuando está fijando la vista o la atención, no sé muy bien, en algo. Y a veces un ojo se le va un poco para la nariz, muy poquito. ¿Es preocupante? Gracias y felicidades por el blog.
https://notodoespediatria.com/2013/05/01/tics/
Pingback: Rinitis infecciosa. | No todo es pediatría