La rinitis infecciosa consiste en una inflamación de la mucosa nasal, es decir, del revestimiento interno de la nariz de los niños. Su origen, en vez de ser alérgico como en otros casos de rinitis típicas de primavera, suele residir en una infección. Los síntomas de la rinitis y la repercusión de estos en el niño dependerán del origen y del tipo de cuadro que se produzca, ya que existen dos tipos fundamentales, con diferentes evoluciones posibles.
Qué síntomas produce
La rinitis infecciosa produce unos síntomas muy típicos en los niños que la padecen, como son la congestión nasal, aumento de la secreción de mucosidad por la nariz, picores, estornudos e inflamación de las conjuntivas de ambos ojos. Estos síntomas son bastante similares a los de los catarros comunes o incluso a las rinitis de origen alérgico.
Existen dos grandes tipos de rinitis infecciosas:
—Las rinitis infecciosas agudas se suelen relacionar con los catarros comunes y no suelen producir excesivos problemas ni tampoco síntomas prolongados en el tiempo.
—Las rinitis infecciosas crónicas, por el contrario, se suelen asociar a otros procesos como pueden ser sinusitis. Además de los síntomas típicos de las agudas como la mucosidad, el picor o los estornudos, el niño puede presentar secreción purulenta por la nariz, tos persistente y obstrucción de la nariz secundaria a la inflamación de la mucosa y a la secreción espesa. Normalmente las rinitis crónicas se producen por sobreinfecciones de rinitis agudas causadas por gérmenes más difíciles de tratar, como el neumococo, o bien porque haya algún problema de fondo que complica la evolución normal de una rinitis infecciosa aguda. Entre estos problemas se encuentran procesos frecuentes como el aumento de tamaño de las amígdalas, enfermedades poco frecuentes como la fibrosis quística, o incluso procesos muy poco habituales, como las inmunodeficiencias.
Cómo se diagnostica
En la mayoría de los casos el diagnóstico se realiza mediante la historia clínica y la exploración del niño. En casos puntuales y sobre todo en las crónicas puede ser necesario solicitar alguna prueba complementaria, que en muchas ocasiones es una recogida de muestra para cultivo. El problema de esta prueba es que no siempre da resultado. A veces el diagnóstico se apoya en pruebas que descarten procesos de fondo, como la fibrosis quística o las inmunodeficiencias.
Cómo se tratan
Una vez confirmado el diagnóstico de sospecha el pediatra pautará tratamiento antibiótico en los casos en los que sea necesario, ya que muchos de los procesos agudos, asociados a cuadros catarrales sin más, no requieren antibióticos. Si se pauta, generalmente es por vía oral en forma de jarabe y el tratamiento puede durar hasta dos semanas. A veces se puede apoyar en el uso de algún antibiótico tópico en la propia mucosa nasal. Es importante hacer un seguimiento del niño para comprobar que los cuadros agudos no se complican y que los crónicos responden adecuadamente al tratamiento, que puede ser más complicado y largo en función del germen que lo esté produciendo.
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mi hija lleva más de dos meses con un moco purulento sanguinolento sus narices muy Inflama das rotas y cocidas el moco es tal que se le hace una pared tapando la vía nasal hemos tratado con antibiótico y un anti alergico mucho aseo nasal pero nada de eso a funcionado sigue igual y pareciera que empeora no a presentado fiebre ni bajo ánimo pero si estornudos ¿ como mejorar su nariz y su salud a donde dirigirme y cual es el especialista más idóneo al que tengo q dirigirme ?