El síndrome de Gilles de la Tourette es un síndrome complejo en el que lo más característico y conocido es la presencia de tics motores, vocales y sobre todo decir palabrotas de forma involuntaria, un signo que se denomina coprolalia, y que es lo que mucha gente asocia a este síndrome y lo que lo hace tan conocido.
Sin embargo esta última característica, la coprolalia, es decir, pronunciar palabrotas, a pesar de ser muy específica y propia de este cuadro, aparece en pocos niños de los que padecen este síndrome. El síndrome en sí mismo también es muy poco frecuente. Para considerarlo como un posible diagnóstico ha de padecerse al menos durante un año. De darse, suele verse sobre todo en niños de entre dos y quince años.