La cianosis es la presencia de una coloración azul en la piel del niño. Esta coloración se debe a la presencia de una sangre con bajo contenido en oxígeno. Esta sangre, al irrigar los vasos más superficiales, otorga a la piel una coloración típicamente azulada que pone sobre la pista de que la sangre puede que no esté transportando el suficiente oxígeno.
En este post se explica qué es la cianosis o en qué casos concretos podría ser considerada como algo relativamente normal o esperable, o en qué casos el resultado de un problema severo.
La cianosis puede ser normal en los niños más pequeños: los lactantes y los recién nacidos suelen ponerse ligeramente cianóticos, sobre todo en los labios o en los brazos y piernas al llorar o al contacto con el aire frío, y la fiebre también puede producirla en los niños en edad preescolar. También se puede ver en los cuadros de espasmos del sollozo o incluso en las rabietas de los niños pequeños.
Sin embargo, la cianosis también puede estar producida por problemas cardíacos. Lo normal en esos casos es que esté presente al nacimiento o pocas horas después. En el caso de algunas malformaciones cardíacas muy concretas se puede ver en niños mayores que en general tienen poca tolerancia al ejercicio, como la Tetralogía de Fallot, una malformación que puede ser diagnosticada en la etapa infantil por episodios de cianosis y cansancio extremo, que suele requerir ser intervenida de forma rápida. Otras causas de cianosis pueden ser los episodios de reflujo gastroesofágico, los episodios aparentemente letales u otros.
Qué síntomas produce
El síntoma es la cianosis, la coloración azul en la piel del niño producida por una sangre pobre en oxígeno. La cianosis depende de las cifras de hemoglobina, por lo que en niños con anemia puede haber poca cianosis y sin embargo estar llegando poco oxígeno a los tejidos. En los casos en los que la cianosis es una respuesta normal del organismo, como la de los recién nacidos al frío o los episodios de rabietas o de aguantar la respiración, no hay síntomas asociados. En los casos en los que la cianosis esconde un proceso como una malformación cardíaca suele haber otros síntomas añadidos, aunque esta regla no siempre se cumple. Las cianosis de larga evolución asociadas a otros problemas sí que suelen tener otros síntomas asociados, en general. En cualquiera de los casos se debe consultar a un profesional sanitario.
Cómo se diagnostica
En el caso de los episodios relacionados con el llanto, frío, rabietas o espasmos del sollozo, aunque los episodios de cianosis son una consecuencia normal, leve y rápidamente reversible, el pediatra valorará, cuando estos se le relaten, la historia clínica y la presencia de hallazgos en la exploración física para descartar otros procesos que puedan estar causando la cianosis. En especial buscará datos de insuficiencia cardíaca que puedan estar relacionados con la cianosis.
Para poder catalogar esos episodios de cianosis como normales será imprescindible que el niño no tenga otros síntomas asociados, que su desarrollo sea normal y que la evolución sea buena. Y que por supuesto los episodios se produzcan en los contextos descritos (rabietas, frío) y desaparezcan rápidamente una vez resuelta la causa.
En los casos en los que la cianosis sea crónica o se asocie a otros cuadros o síntomas, como fatiga, dificultad respiratoria o no adecuada ganancia de peso, el pediatra estudiará el proceso o incluso derivará al niño a un centro hospitalario si los hallazgos de la exploración así lo indican.
Un episodio brusco de cianosis, sobre todo en un niño mayor, siempre es un motivo de consulta urgente en un servicio de urgencias hospitalario, ya que puede ser manifestación de una malformación cardíaca como la Tetralogía de Fallot.
Cómo se trata
Lógicamente el tratamiento de cada proceso dependerá de la causa. Desde la observación en los casos de cianosis asociada al llanto o al frío hasta la intervención quirúrgica urgente en las malformaciones cardíacas severas.
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