El hipo es un cuadro en el que se producen episodios de inspiración brusca junto con la emisión de un sonido agudo. Se produce por una contracción brusca de una mitad del diafragma.
Este es el músculo que está bajo los pulmones, separa el tórax del abdomen y sirve para respirar. Su contracción brusca produce una inspiración (toma de aire) y a la vez se cierran las cuerdas vocales, lo que genera el típico sonido agudo (ó hipido) que el niño presenta de forma involuntaria.
En la mayoría de los casos es benigno y se puede producir por cuadros como la distensión del estómago (por ejemplo al beber bebidas con gas), cambios bruscos de la temperatura, ó estrés.
Hay algunas causas que pueden producir cuadros de hipo severos, aunque esto es muy poco frecuente. Algunas de ellas son procesos psíquicos como la anorexia o el estrés intenso, enfermedades severas del cerebro o bien procesos que afecten a los nervios que llegan al diafragma, como infecciones o incluso tumores. Estas causas suelen ser muy raras en la infancia.
Qué síntomas produce
La contracción brusca del diafragma produce una inspiración súbita y breve que, junto al cierre de las cuerdas vocales, produce el típico hipido o sonido del hipo. Lo normal es que el cuadro dure unas horas, raramente más de 24 ó incluso 48 horas. En estos casos no suele haber ningún problema serio de fondo y es típico que el hipo cede cuando el niño está dormido. Posteriormente el niño se recupera sin problemas.
Hay veces en los que el cuadro se puede hacer persistente y aparecer durante un mes. Y mucho más raros son los casos en los que el hipo dura más de un mes, en cuyo caso de denomina intratable. En estos casos puede haber un problema que esté generando el hipo, y puede ocurrir que el hipo se produzca incluso con el niño dormido.
Qué complicaciones puede producir
En los casos de hipo intratable el niño puede llegar a no poder alimentarse, lo que genera riesgo de desnutrición y de deshidratación. Hay casos en los que puede ser incluso más grave y afectar al corazón, pero esto es excepcional.
Cómo se diagnostica
En la mayoría de los casos el diagnóstico se basa en la historia clínica, donde se relata el episodio, y la exploración, en la que el pediatra descarta otros procesos y a veces consigue orientar el posible origen, como en los casos de distensión del estómago. En los casos de cuadros persistentes e intratables sí puede que sea necesario la realización de pruebas complementarias orientadas a la búsqueda del proceso que está originando el cuadro.
Cómo se trata
Son múltiples los remedios que existen para abortar los episodios de hipo benignos. Generalmente se basan en interrumpir o bien la función respiratoria o bien la función del nervio frénico. Ambas interrupciones se producen de forma leve y transitoria, y por lo general logran revertir el cuadro de contracciones involuntarias.
Algunas de estas conductas son estornudar, toser, contener la respiración unos segundos (no más), respirar rápido unos pocos segundos (no muchos), los sustos (que hacen que el niño contenga la respiración), beber sorbos de agua muy fría, morder un limón u otros remedios caseros, que siempre deben usarse con prudencia.
En los casos persistentes puede realizarse otras técnicas basadas en técnicas conductistas (psicológicas). Es raro el uso de fármacos en pediatría. En los casos más complicados pueden utilizarse algunos (siempre bajo estricta indicación y supervisión por el pediatra), o incluso plantear la cirugía del nervio afectado. En los casos complicados en los que hay un proceso de fondo o una causa localizada el tratamiento irá dirigido a estos.
Qué pronóstico tiene
Los cuadros leves (la inmensa mayoría) son benignos y transitorios. Los cuadros persistentes e intratables son mucho más raros, pueden esconder un proceso de fondo y generalmente son estudiados ya que el pronóstico puede ser peor en función de la causa.
Cómo prevenirlo
Se deben evitar los procesos que lo desencadenan, como el estrés, los cambios bruscos de temperatura o la ingesta excesiva de bebidas con gas.
Este contenido se ha elaborado utilizando información basada en evidencia científica. Pincha aquí para conocer las fuentes que se han utilizado para su elaboración.
Mi hijo ya tenía hipo antes de nacer. Le notábamos dar saltitos. La verdad es que le entra el hipo a la mínima, sobre todo cuando se rie (que con tres años es un gran número de veces al día…) también al beber. Muchas veces incluso le provoca el vómito si está comiendo a acaba de hacerlo.