Las quemaduras eléctricas (o electrocuciones) son quemaduras que se producen en relación con una fuente eléctrica. Cuando suceden se suele hablar de niños electrocutados, o a los que «les ha dado la corriente».
Se producen cuando un niño entra en contacto con una fuente eléctrica y esta le produce una lesión. Existen tres tipos fundamentales cuyas lesiones y consecuencias son muy diferentes: las que se producen por tocar un cable de uso común, normalmente en el domicilio (las más frecuentes con mucha diferencia), las que se producen por tocar un cable de alta tensión y las producidas por rayos. Estas dos últimas son muy raras pero mucho más graves que las primeras.
En todos los casos el niño debe ser evaluado en un servicio de urgencias, pero en los dos últimos se debe activar el servicio de emergencias ya que las consecuencias pueden ser muy graves.
Qué síntomas producen
—Las quemaduras que se producen cuando un niño chupa o muerde un cable en el domicilio suelen ser de carácter leve, son pequeñas y localizadas a la zona que entra en contacto con la electricidad.
—Las que se producen por cables de alta tensión son muy graves ya que pueden producir importantes lesiones tanto en la piel como en el músculo o incluso en órganos internos. Estas lesiones pueden ser grandes aunque la zona de piel quemada no lo sea. El problema de estas quemaduras es que pueden producir grandes daños o incluso tener riesgo de mortalidad.
—Las que se producen por rayos son muy peligrosas cuando afectan directamente al niño y algo menos cuando caen en la zona de alrededor. Cuando caen sobre el niño pueden ser mortales. Sin embargo cuando caen próximos pueden ascender por una pierna y descender por la otra, pudiendo generar apenas daño o lesiones muy profundas en función de varios factores (humedad de la piel, del ambiente, ropa, metales, etc).
Qué complicaciones puede producir
Las domésticas en general no producen consecuencias, mientras que las producidas por cables de alta tensión o por rayos sí pueden ser muy peligrosas, ya que producen lesiones internas muy importantes y pueden ser potencialmente letales.
Cómo se diagnostica
En cualquiera de los tres casos será siempre necesario que el niño sea valorado en un servicio de urgencias. Las dos producidas por alta tensión y rayos requieren de la activación del sistema de emergencias.
El diagnóstico se basa en la realización de la historia, en la que la familia refiere el contacto con una fuente eléctrica, y la evaluación del niño. En esta el pediatra valora el estado general y la actitud inmediata a tomar. En función del estado del niño puede que no sea necesaria ninguna prueba complementaria o bien analíticas o pruebas de imagen de urgencias.
Cómo se tratan
En los cuadros leves (al tocar cables en casa) normalmente se aplica tratamiento local de la quemadura, ya que en la mayoría de los casos no suele haber complicaciones. En general basta con aplicar preparados como la Cristalmina®, especialmente indicada en menores de dos años al no contener yodo, que puede absorberse por la piel.
En los casos en los que presente complicaciones o bien el contacto haya sido con un cable de alta tensión o un rayo, el riesgo de que el niño presente lesiones severas es mucho mayor.
—Si las presenta el niño recibirá el tratamiento que pueda necesitar en función de ellas.
—Si no las presenta es posible que se le pida alguna prueba complementaria para valorar el riesgo o que incluso quede en observación para anticipar posibles complicaciones que se puedan presentar por daños internos no objetivables en el momento de ser visto.
Qué pronóstico tiene
En general las quemaduras eléctricas producidas en el hogar suelen tener buen pronóstico porque suelen ser leves. Las producidas por cables de alta tensión y por rayos tienen un pronóstico mucho peor, ya que la afectación de órganos puede ser muy intensa.
Cómo prevenirlo
En casa es fundamental que los enchufes estén tapados o protegidos mediante adaptadores especiales o bien ocultos tras muebles. El niño debe saber, muy pronto, que no los debe tocar aunque estén protegidos. En la calle es fundamental tener siempre vigilados a los niños y evitar que jueguen en zonas próximas a obras o a casetas con el indicativo de “Alta Tensión”.
Las quemaduras por electricidad se producen, en la mayoría de los casos, en el propio hogar. Aunque estas suelen ser leves se deben poner las medidas adecuadas para que no se produzcan. Las producidas por cables de alta tensión o rayos tienen mucho peor pronóstico.
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La importancia de las medidas preventivas en las instalaciones eléctricas, puede ayudarnos a evitar llegar a estas lesiones que recordaremos con dolor o quizá más grave. La inspección deberá ser una rutina que pueda evitar estas situaciones.