La edad escolar en general es aquella que está comprendida entre los cinco y los doce años y la alimentación en esta etapa tiene una serie de peculiaridades en cuanto a las necesidades de nutrientes para el desarollo, el crecimiento y por supuesto el ejercicio físico y su actividad intelectual.
El aporte calórico debe ser adecuado a la edad y la actividad del niño pero vigilado con especial atención con el fin de evitar la obesidad infantil, un problema creciente en nuestra y más en este rango de edades. Las calorías no pueden ser las mismas para un niño de cinco años con poca actividad que para uno de doce que entrene baloncesto a diario. Pero además hay que recordar que las calorías no lo son todo, pues hay alimentos con bajo valor nutricional como los refrescos azucarados y otros que sin embargo tienen un elevado valor nutricional, como el aceite de oliva, a pesar de tener este el doble de calorías por gramo que un refresco de cola, por ejemplo.
Es importante que la base de la alimentación sean los hidratos de carbono (un 50-55%), sobre todo en sus formas complejas (cereales, legumbres, frutas o verduras). Se debe huir de los dulces, el azúcar y los productos de bollería industrial ya que poseen alto contenido en azúcar y escaso valor nutricional.
Las proteínas (25-30%) deben proceder de la carne, el pescado y de los vegetales para que aporten los nutrientes adecuados.
Las grasas (30%) deben ser sobre todo vegetales, intentando evitar las animales y las de alimentos preparados o las de la bollería industrial, que suelen ser saturadas. En general es conveniente que el niño ingiera las grasas en forma de leche entera, pescados azules y aceite de oliva. El colesterol en sí es bueno y necesario para la vida, pero en bajas cantidades.
Lo importante es que la dieta sea variada y completa, bases que se deberían haber asentado entre los 3 y los 5 años. Si no se ha hecho se debe hacer lo más precozmente posible para evitar problemas de salud y de comportamiento futuros. Es importante que los niños tomen cantidades moderadas de fibra (si es mucha puede interferir en la absorción de otros nutrientes), y que también beban agua abundante para no estreñirse. El consumo de sal debe ser moderado y en general deberían tomar medio litro de leche al día en la forma de cualquier lácteo, siempre cuidando la variedad.
El desayuno debe ser equilibrado y aportar hasta un 20% de las calorías del día para garantizar las reservas del niño durante la mañana. Las cenas deben ser muy ligeras y deben aportar nutrientes que el niño no haya tomado durante el día, como yogur o verduras.
En la edad escolar es muy importante que el aporte de calorías esté en consonancia con el gasto para evitar la obesidad infantil. Es muy importante que el niño tenga adquirido el hábito de que la dieta debe ser variada.
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Dr. Nievas, es usted un crack.
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