La hipervitaminosis D consiste en un exceso de vitamina D en el organismo. La vitamina D es una sustancia necesaria para vivir, que se sintetiza en las células de la piel con la ayuda del sol. Este proceso de síntesis es más lento en las personas morenas y es menos eficaz durante el invierno, al haber menos luz solar. Los lactantes suelen tener sus necesidades cubiertas durante los primeros meses de vida ya que han recibido y almacenado vitamina D durante su vida fetal, procedente de la madre. Sin embargo, aunque las leches artificiales suelen contener suplementos de esta vitamina, la leche de la madre suele ser deficitaria, y por eso la Asociación Española de Pediatría recomienda dar un suplemento extra a los niños que están alimentados de forma exclusiva con lactancia materna. Pero en algunos casos, y sobre todo en niños mayores, es posible que se realice una ingesta excesiva.
Por qué se produce una ingesta excesiva de vitamina D.
El aporte externo en niños mayores procede sobre todo del consumo de pescados grasos y la yema de huevo. En los países desarrollados muchos de los alimentos preparados de la etapa infantil ya vienen suplementados con aportes extra de vitamina D. Su déficit es la causa más frecuente de raquitismo en la infancia. Sin embargo, y precisamente al ser liposoluble (es decir, se disuelve bien en las grasas) puede acumularse con facilidad en el organismo, en el tejido graso, en caso de que se ingiera en exceso. Esto puede verse como consecuencia de un mal uso de los preparados con suplementos de vitaminas. Aunque es más raro, también puede producirse en casos de ingesta excesiva de leche, que a veces se fuerza para tratar de prevenir, de forma inadecuada, un déficit de calcio.
Qué síntomas produce.
Normalmente se acompaña de aumento de los niveles de calcio en el organismo y estos son los que realmente producen los síntomas: sensación de malestar, vómitos, dolor abdominal, afectación cardíaca, alteración del nivel de conciencia con dolor de cabeza, irritabilidad o bien somnolencia e incluso un estado precomatoso. También puede producir alteraciones a nivel cardíaco como por ejemplo arritmias. También suelen presentar síntomas de deshidratación porque las cifras de calcio elevadas pueden afectar al funcionamiento renal, de forma que el riñón elimina más agua de la que debería.
Cómo se diagnostica.
Se puede sospechar cuando en presencia de los síntomas descritos se encuentra una elevación de calcio en la sangre al hacer una analítica al niño. En la mayoría de los casos el cuadro se debe a un exceso de ingesta de preparados vitamínicos o de leche por lo que el pediatra preguntará sobre estas posibilidades ya que no siempre son conocidas por los padres de antemano. El diagnóstico definitivo se hace mediante estudio analítico.
Cómo se trata.
El mayor problema de este cuadro son los síntomas producidos por el exceso de calcio, por lo que lo primero es tratarlos en caso de que se presenten y resolver el cuadro de elevación de calcio. En los casos en los que existe deshidratación es muy importante tratarla de salida, ya que además al aportar líquidos al niño se reducen en parte las cifras elevadas de calcio en la sangre. El tratamiento se suele hacer con líquidos, determinados tipos de diuréticos y a veces se asocian corticoides. Otros fármacos relacionados para el tratamiento de este cuadro son la calcitonina y los bifosfonatos. En los casos más graves puede llegar a ser necesario aplicar sesiones de hemodiálisis con preparados específicos que permiten limpiar las concentraciones elevadas de calcio de la sangre. Por supuesto una vez controlado el cuadro agudo es muy importante asegurarse de que el niño no sigue ingiriendo exceso de calcio o de vitamina D.
Qué pronóstico tiene.
En general los niños suelen responder bien al tratamiento pero a veces los síntomas son graves o los niveles de vitamina D y calcio muy elevados. El mayor problema reside en las complicaciones cardíacas y en la deshidratación, que pueden amenazar la vida del niño en los casos más severos. A veces queda como secuela una insuficiencia renal crónica.
Cómo prevenir la hipervitaminosis D en niños.
Dando una dieta normal, completa y variada que haga del todo innecesario el uso de suplementos vitamínicos. Y por supuesto, no obligando al niño a tomar una cantidad excesiva de leche o derivados lácteos. En estos posts se detallan recomendaciones para la alimentación de los lactantes, de los niños en edad preescolar y de los niños en edad escolar.
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