La sensación de mareo en un niño suele deberse a dos causas. La primera y la más frecuente (con diferencia) es la presencia de vértigos, que es la sensación de que el entorno se mueve. El vértigo es la sensación que percibe el niño de que él o su entorno se mueven de forma incontrolada. Generalmente este movimiento se percibe como rotatorio, de forma que el niño tiene la sensación de que su entorno gira alrededor de él. El problema de los vértigos suele residir en el oído y genera esa sensación que de forma común, se denomina como mareo. El origen de este tipo de mareo en algunas ocasiones también puede deberse a alteraciones en el sistema nervioso central.
Las causas que pueden producir este cuadro son variadas. Entre ellas destacan por su frecuencia las otitis medias o los cuadros de vértigo paroxístico benigno, que suelen tener buena evolución y pronóstico. Menos frecuentes son los problemas en el oído interno.