La denominada hipoglucemia es un descenso o bajada de las cifras de glucosa en sangre, generalmente se considera así cuando estas cifras se encuentran por debajo de 40 mg/dl, aunque es importante constatar que la repercusión y los síntomas que pueden presentarse variarán mucho en función de la edad del niño y por supuesto de otras muchas circunstancias, como por ejemplo la causa que la produce o la velocidad con que se se da ese descenso.
Son muchas las causas que pueden producir un cuadro de hipoglucemia en la edad infantil, sobre todo en niños con enfermedades como la diabetes insulín dependiente en los que el riesgo de padecerla es constante si no se realiza un buen control de la enfermedad y un ajuste de las dosis de insulina. Los motivos mas frecuentes de hipoglucemia son el bajo aporte de nutrientes, como puede ocurrir en recién nacidos prematuros, que tienen escasas reservas, o en niños desnutridos de forma crónica; también se ve en los casos en los que existe un cuadro de intolerancia al ayuno prolongado, la causa más frecuente en niños.
Otras causas de hipoglucemia son las producidas por fallos hepáticos, del metabolismo de los hidratos de carbono, déficits hormonales, el hiperinsulinismo o determinadas intoxicaciones, como por ejemplo por ácido acetilsalicílico o alcohol. Estos cuadros son bastante menos frecuentes que la falta de ingesta, la intolerancia al ayuno o las hipoglucemias por exceso de insulina o falta de aporte en diabéticos.
Qué síntomas produce
Al principio del cuadro los síntomas pueden ser muy inespecíficos, como cambios en el humor, irritabilidad, dolor de cabeza o sensación de mareo. En caso de persistir los síntomas aparecerán dolor abdominal, náuseas y vómitos, palidez, sudoración, mal estado general, temblores, convulsiones e incluso pérdida del conocimiento y entrada en coma en los cuadros más graves. En los recién nacidos los síntomas son mucho más inespecíficos y menos orientativos. Entre ellos están los temblores, la irritabilidad, el llanto, la dificultad respiratoria, el mal color, convulsiones e incluso coma.
Cómo se diagnostica
El mayor problema reside en que se produzca el cuadro en un niño en el que no se conoce ningún antecedente ni factor predisponente a este cuadro, ya que en los niños que conocen que pueden sufrir estos episodios por lo general saben reconocerlos e incluso poner remedio. En los casos en los que se constaten uno o varios episodios de hipoglucemia el pediatra realizará una detallada historia clínica y exploración ya que las causas pueden ser múltiples. En función de los hallazgos de la historia y la exploración y la edad del niño valorará las posibles causas de los episodios de hipoglucemia y planteará los posibles estudios a realizar para confirmar o descartar posibles procesos.
Entre las pruebas se encuentran diversas analíticas de sangre y de orina, en la que sobre todo se valora la presencia de cuerpos cetónicos en orina. En función de la presencia de estas sustancias en orina el pediatra puede enfocar el origen de los cuadros y solicitar pruebas que confirmen su origen.
Cómo se trata
Un episodio de hipoglucemia siempre puede ser un cuadro grave, así que debe ser tratado sin demora. En el caso de que el niño pueda comer lo ideal es aportar glucosa de absorción rápida, como un terrón de azúcar o comprimidos de glucosa de los que se disuelven en la boca y que suelen vender en farmacias o en tiendas de artículos deportivos. Estas pastillas de glucosa suelen tener sabor a frutas y son especialmente útiles en los casos en los que los episodios de hipoglucemia se repiten.
Si el niño tiene mal estado general, está inconsciente o vomitando entonces necesitará un aporte de glucosa por vía endovenosa en un servicio de urgencias. En el caso de que el niño sea diabético lo habitual es que la hipoglucemia aparezca en el contexto de la realización de ejercicio. En ese caso el niño debe dejar de hacer ejercicio, tomar azúcares de absorción rápida y en los casos graves incluso administrar glucagón, un medicamento que todo niño diabético debe tener cerca para estos casos y que los padres o tutores deben saber administrar y cuándo. En los casos de intolerancia al ayuno prolongado el tratamiento es tan sencillo como evitar este, con comidas frecuentes.
En el resto de causas el tratamiento irá enfocado al proceso o enfermedad que esté produciendo el cuadro de hipoglucemias. Los déficits hormonales se tratarán con hormonas, y los problemas metabólicos mediante tratamientos específicos en los casos en los que sea posible. En el hiperinsulinismo se puede intentar tratamiento médico pero en muchos casos es necesaria la cirugía, en la que se extirpa parte del páncreas.
En las hipoglucemias lo más importante es el tratamiento veloz ya que pueden ser potencialmente muy graves. Los síntomas iniciales pueden ser inespecíficos, como mareo, dolor de cabeza o cansancio. Una vez diagnosticada es muy importante localizar el proceso que las produce.
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