La diabetes insulín-dependiente es una enfermedad en la que se produce una falta de la hormona insulina, lo que produce un cuadro complejo y severo que se caracteriza por el aumento de las cifras de glucosa en sangre, por incapacidad para usarla, que requiere tratamiento y control médico de por vida. En el caso de un buen tratamiento y seguimiento el niño puede realizar una vida prácticamente normal. La mayoría de los casos en la edad infantil suelen aparecer entre los siete y los doce años, y aunque es raro en lactantes, se puede ver casi a cualquier edad.
No está del todo claro su origen. Parece que existen una serie de factores genéticos que predisponen a padecerla y cuando el niño entra en contacto con un hipotético desencadenante, como posibles infecciones virales, se produce una destrucción de las células del páncreas que segregan la insulina.