El miedo irracional o las fobias consisten en cuadros en los que el niño, sin motivo aparente, evita de forma sistemática situaciones, objetos o animales que desencadenan un cuadro de angustia irracional.
No está claro el origen de estos cuadros aunque se cree que existe un componente genético ya que suele haber antecedentes familiares de cuadros similares, y otro de tipo ambiental, es decir, los miedos y las fobias pueden aprenderse de las personas que están alrededor del niño. Estas fobias pueden ser a personas, a determinados profesionales o en muchos casos a animales comunes como los perros o incluso insectos como las arañas.
Qué síntomas produce
Ante la presencia del objeto, persona o situación que desencadena el cuadro lo que se produce es una respuesta de miedo, en la que el niño reacciona incluso con horror. No suele asociar otros síntomas, siendo por tanto relativamente fácil de distinguir de cuadros parecidos como la ansiedad.
Qué complicaciones puede producir
En casos en los que el niño tenga muchas fobias o estas sean a elementos relativamente comunes pueden llegar a afectar a su vida social, al afectar sus relaciones con el entorno.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico se basa en la historia clínica, en la que el pediatra recogerá los datos que se relacionan con este cuadro. En la exploración descartará datos que puedan orientar a otro proceso como oirgen del cuadro. Lo llamativo es que más que un cuadro de angustia lo que se produce es una respuesta de miedo, lo que permite distinguir este cuadro de otros procesos como la ansiedad. A diferencia del trastorno obsesivo compulsivo, las fobias solo aparecen cuando el niño ve la causa de esta, por lo que no suele interferir en su vida normal o social. Hay cuadros específicos de fobia como la fobia social o la fobia escolar.
Cómo se trata
Es muy importante que los padres no se preocupen en exceso por este cuadro ya que es muy frecuente y no suele ser problemático. Pueden ayudar al niño explicándole que esa situación que le asusta no es peligrosa o cómo reducir o evitar el peligro en caso de que este pueda existir. A veces es útil un poco de apoyo psicológico. También puede ayudar exponer de forma gradual al niño al factor que le desencadena el miedo para que vaya descubriendo que no hay un motivo real para temerlo. Esto se puede hacer con la ayuda de un profesional.
Qué pronóstico tiene
En general con apoyo familiar y psicológico el pronóstico suele ser bueno, remitiendo la mayoría de los casos. Sin embargo algunos pueden perdurar y llegar inlcuso a la vida adulta.
Cómo prevenirlo
Lo ideal es intentar apoyar al niño y ayudarle a superar el miedo. Exponerle a la situación que le genera el pánico sin su acuerdo puede ser perjudicial. En caso de hacerlo debe hacerse siempre de forma razonada y con su consentimiento, apoyándose en el hecho de que la situación es inofensiva.
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