La reactivación de herpes zoster es un cuadro característico en el que tras una infección por varicela se producen reactivaciones del virus, produciendo una erupción en la piel, localizada en una zona concreta y con una forma determinada.
En realidad es una enfermedad relacionada con la varicela ya que consiste en que el virus que producía aquella, el virus varicela zoster o VVZ, se reactiva dando lugar a un cuadro muy característico en el que se produce una erupción en la piel pero de forma localizada, normalmente en el tórax y siguiendo el trayecto de las costillas de forma que a veces semeja la forma de un cinturón. También puede verse en otras zonas, de forma localizada o en forma de pequeños núcleos o líneas localizadas como por ejemplo en zona lumbar.
Lo habitual es que primero en la piel aparezca un eritema, es decir, se ponga de color rojo. Luego aparecen pápulas que finalmente se transforman en vesículas. Es lo mismo que se producía en la varicela pero localizado en una sola zona del cuerpo y con un dibujo más o menos lineal que suele seguir el trayecto de una costilla. Normalmente estas erupciones duelen y pican menos que las lesiones de la varicela pero se debe acudir al pediatra para que lo valore y en caso de que aparezca de forma repetida o exagerada es posible que el médico solicite una serie de estudios orientados a comprobar que el sistema defensivo del niño funciona adecuadamente.
Qué complicaciones puede producir
El mayor riesgo es que la zona se pueda sobreinfectar por las lesiones por rascado que se produce el propio niño. Solo en niños con enfermedades de base severas o con riesgo de inmunodepresión (SIDA, tratamiento con corticoides) el riesgo de complicaciones puede aumentar con la presencia de cuadros más graves y generales.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico se basa en la historia clínica y la exploración. En la historia el pediatra recaba datos como el antecedente de infección por varicela y otros que pueden servir de ayuda. En la exploración valora no solo la zona de la erupción sino el resto en busca de síntomas que confirmen o descarten la presencia de ese u otros procesos.
Cómo se trata
El tratamiento es sintomático, es decir, de los síntomas que acompañan al cuadro, y se limita a los cuidados de la piel con jabón de avena o hidratante y en caso de dolor o inflamación se suelen pautar paracetamol o ibuprofeno.
Qué pronóstico tiene
En general es bueno ya que con el tratamiento sintomático suele recuperarse de forma favorable.
Cómo prevenirlo
No se puede prevenir su aparición. Siempre se debe consultar para descartar que no es otro proceso diferente o que haya algún de proceso de fondo que pueda estar facilitando su aparición.
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