La hipotermia o temperatura baja en un niño consiste en un cuadro en el que se produce un descenso de la temperatura del niño por debajo de los 35ºC en una toma hecha por vía rectal.
La causa más frecuente de hipotermia es la exposición al frío, sobre todo por la práctica de deportes en nieve o excursiones en lugares fríos, donde el niño está expuesto a lesiones por frío o por congelación. Existen otros motivos menos frecuentes como algunos trastornos endocrinos o las infecciones graves que, paradójicamente, pueden llegar a producir hipotermia en vez de fiebre.
Qué síntomas produce
El niño que entra en hipotermia puede presentar palidez y sensación de frío, somnolencia, enlentecimiento de la respiración y del ritmo cardíaco, bajadas de tensión arterial e incluso alucinaciones previas al coma, que es la última fase. Se deduce por tanto que la hipotermia es un cuadro grave y que en caso de no revertirse puede tener consecuencias importantes.
Qué complicaciones puede producir
En los casos severos el niño puede entrar en un cuadro de depresión respiratoria e incluso neurológica de forma que pueden entrar en coma. En caso de no revertir el cuadro el riesgo es incluso de fallecimiento. Esto puede suceder en casos extremos como por ejemplo niños que se extravíen en la montaña en un ambiente frío.
Cómo se diagnostica
Siempre debe ser atendido en un servicio de urgencias hospitalario. El pediatra lo sospecha normalmente al relatar la propia familia las circunstancias. Normalmente se diagnostica al encontrar a un niño en estado somnoliento o comatoso tras permanecer varias horas en un sitio frío como el agua o la nieve. La confirmación vendrá por el hallazgo de una temperatura rectal menor de 35ºC. En función del estado del niño y de su afectación puede que sean necesarias la realización de algunas pruebas como analíticas o pruebas de imagen.
Cómo se trata
Siempre se debe trasladar al niño a un centro hospitalario. Si el niño está consciente se debe intentar abrigarlo y mantenerlo despierto. Si está inconsciente se debe abrigar y proteger mientras se traslada. En el caso extremo de que el niño estuviera en parada respiratoria y cardíaca se debe avisar primero a los servicios de emergencia y practicar una reanimación cardiopulmonar básica con respiraciones y masaje cardíaco en el propio lugar del accidente, mientras llegan los servicios de emergencia.
Una vez en el hospital, en función del estado del niño se procederá a su tratamiento en urgencias, en observación o incluso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos. Por lo general se procederá a su calentamiento mediante calor ambiental y goteos templados mientras se vigilan sus constantes y parámetros bioquímicos en sangre.
Qué pronóstico tiene
Depende del grado de afectación del niño. Los casos leves se recuperan sin problema mientras que los moderados dependen mucho de la rapidez de actuación. Los graves dependen de la rapidez de actuación y del grado de afectación del niño.
Cómo prevenirlo
Lo mejor es siempre prevenirla mediante el uso adecuado de ropa de abrigo y la vigilancia constante de los niños cuando estén en entornos peligrosos como pueden ser el mar, ríos, lagos o en pistas de esquí. Cuando se practican ciertos deportes el riesgo consiste en que el niño quede inconsciente o atascado de forma que si no se le localiza pueda entrar en hipotermia.
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