Existe un conjunto de lesiones como picaduras, mordeduras u otras que pueden estar producidas por animales marinos. En general se producen en la playa, donde los que con más frecuencia pueden producir lesiones en la edad infantil son las medusas, los erizos y algunos tipos de peces.
El mecanismo de producción de la lesión es diferente en cada uno de ellos. Por ejemplo, las medusas suelen producir una lesión por irritación, los erizos una herida por efecto de sus púas, y los peces generalmente por mordeduras.
Qué síntomas producen
Las medusas suelen producir lesiones por irritación secundaria al contacto con sus toxinas. Estas lesiones son de tipo inflamatorio y pueden producir un intenso dolor y picor. Estas lesiones suelen permanecer durante unas horas y luego desaparecer, aunque pueden volver a reaparecer de nuevo. Los erizos producen heridas por efecto de sus púas. Los peces pueden producir lesiones por dos mecanismos: heridas por contacto directo con alguna de sus estructuras (generalmente pinchazos) o bien heridas por mordedura.
Qué complicaciones pueden producir
En las picaduras por medusas se produce un intenso picor en el que el niño se puede producir lesiones por rascado, con el consiguiente riesgo de infección si el rascado es intenso. En las heridas por púas de erizo el riesgo también es el de infección, ya que la púa puede arrastrar contaminación al interior y es una puerta de entrada de gérmenes.
Cómo se diagnostican
El diagnóstico se basa en la historia clínica, en la que se refiere el antecedente de la picadura, mordedura o contacto con el animal y sobre todo la exploración, en la que el pediatra valora la lesión, su estado y la posible repercusión sobre el niño. No se suelen necesitar pruebas, aunque en algunos sí puede que sean necesarias. Estos casos suele ser en los que exista una sospecha de infección o de riesgo de lesiones profundas, como fracturas o lesiones de otros órganos. Esto es poco frecuente.
Cómo se tratan
Las picaduras por medusa son molestas y el tratamiento puede ser complicado, sobre todo en los casos más severos. Es recomendable limpiar la zona con agua de mar (nunca con agua dulce), arrastrando así la presencia de posibles restos del animal (pero ojo, sin frotar la piel con ellos). Tras ser valoradas por el pediatra es posible que este paute tratamiento con antihistamínicos o corticoides por vía tópica en cremas o por vía oral. En cualquier caso estos tratamientos siempre deben ser por indicación del pediatra, nunca a iniciativa propia.
El tratamiento de las heridas producidas por púas de erizo es similar al de cualquier otra herida de la piel pero recordando que es importante extraer las púas. Este es un proceso que puede resultar algo lento y doloroso por lo que es muy conveniente que antes de hacerlo (siempre en un servicio de urgencias) se hable con el niño para tranquilizarle y explicarle lo que se le va a hacer, procurando no mentirle.
En el caso de las mordeduras producidas por peces el tratamiento se basa en el lavado de la zona, que se suele hacer con suero o agua abundante para arrastrar la suciedad y los gérmenes que puedan estar presentes en la zona. En caso de que haya zonas de tejido dañado se suele limpiar o quitar con el fin de que no se infecte. En función de la herida y de la presencia o no de infección o de riesgo de infección se valora si es susceptible de ser suturada. Por último se valorará la necesidad de aplicar tratamiento antibiótico, que puede darse de forma tópica en cremas o por vía oral en los casos más serios. En general se usan cuando pasan varias horas desde la mordedura hasta su tratamiento, cuando las heridas son profundas ó afectan a cara o manos, cuando se han producido en lactantes o cuando el niño tiene enfermedades de base.
Qué pronóstico tienen
La mayoría de los casos suelen ser leves y es raro que el niño necesite más asistencia de la proporcionada inicialmente en la primera valoración. En los casos en los que exista riesgo de infección o se paute un antibiótico al niño es posible que deba ser revisado de nuevo para controlar la evolución de la herida. En los casos en los que exista infección o sospecha de ella se debe acudir al pediatra para que valore la necesidad de un nuevo tratamiento en caso de que se confirme la infección.
Cómo prevenirlas
Los niños deben estar siempre vigilados por un adulto, jugar en zonas conocidas o en playas en las que se conozca hay un riesgo bajo de lesiones por animales. En los casos en los que pueda haber medusas no es conveniente que los niños se bañen ni que se dediquen a capturarlas con redes.
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son tambien llamadas malaguas