Los intentos de suicidio en adolescentes suponen un problema, por desgracia creciente, en nuestra sociedad actual. En la edad pediátrica este cuadro se focaliza casi en su totalidad en la edad adolescente aunque, de forma excepcional, es posible verlo en niños menores. El dato más llamativo, y que más suele sorprender a los padres, es que hasta una cuarta parte de los adolescentes pueden llegar a tener alguna idea suicida en algún momento.
Sin embargo, y esto es importante, el hecho de que un adolescente tenga estas ideas no tiene por qué significar que vaya a suicidarse. Lo que sí hay que tener claro es que el riesgo, aun siendo bajo, existe, y en casos concretos el adolescente puede terminar llevando a cabo un intento de suicidio. Y el problema es que se estima que puede haber un suicidio consumado por cada cincuenta adolescentes que lo intentan, siendo por tanto una de las principales causas de muerte en adolescentes. Por eso, es importante detectar cuando se producen estas ideaciones y, más importante aun, saber cómo prevenir un intento de suicidio.
Por qué se produce un intento de suicidio en un adolescente.
Parece que existe un componente genético que puede predisponer a esta conducta en ciertos adolescentes. En otros casos suele haber un trastorno de fondo que ayuda a la ideación suicida, que en la mayoría de los casos es un cuadro de depresión. Las niñas adolescentes se deprimen más que los niños, pero ellos son más impulsivos, por lo que el riesgo de realizar una tentativa de suicidio es mayor entre los varones. Otros trastornos que pueden relacionarse con ideaciones de suicidio pueden estar relacionados con la presencia de ansiedad o angustia.
En otros casos pueden deberse a un episodio que pueda servir de desencadenante, como una pérdida importante (como la de un familiar), un accidente, la muerte de un amigo, acoso en el entorno familiar o escolar, un embarazo no deseado o las consecuencias del uso de sustancias tóxicas o incluso drogas. Un acontecimiento propio de esta edad son las rupturas sentimentales, que se suelen enfatizar mucho en esta época de la vida. Y a veces lo que ocurre es que un adolescente homosexual se avergüenza y, por miedo al rechazo de sus compañeros, termina tomando esta determinación.
Cómo se puede enfocar a un adolescente con ideas suicidas.
Otro dato que suele sorprender a los padres que el hecho de hablar del suicidio no predispone a cometerlo. De hecho, muchos de los adolescentes que consuman suicidios no llegan nunca a comentar nada que haga sospechar de ello. Y hablar de ello, sobre todo si es ayudando a resolver sus problemas, sí que puede ayudar a que aparquen las ideas de cometerlo. Para sospechar estas ideaciones suicidas es fundamental que el adolescente las relate o las familia las sospeche. En esos casos el pediatra podrá ayudar realizando una aproximación a través de la historia y la exploración clínica, para valorar posibles causas.
Cómo actuar cuando se detectan ideas suicidas en un adolescente.
Lo más importante es darle valor, cuando el adolescente se decide a contarlo. Si existen indicios de que pueda estar teniendo ideas suicidas, aunque estas sean frecuentes dentro la población adolescente, hay que valorarlas siempre de forma individualizada, porque existe un riesgo bajo —pero real— de que esas ideaciones terminen en una tentativa. Por eso se debe hablar con él, eso sí, nunca haciendo bromas o subestimando sus ideaciones o sentimientos. Tampoco se debe caer en que el adolescente use esas ideaciones como medio para conseguir sus objetivos, ya que en caso de no satisfacer sus deseos futuros, se puede incluso incrementar el riesgo de que lo intente.
¿Se pueden prevenir los intentos de suicidio?
En gran medida, sí. Cuando se detectan o se sospechan ideaciones suicidas, el apoyo familiar es trascendental. En muchos casos ayuda disponer de apoyo psicológico. La valoración psiquiátrica también es fundamental, en los casos más severos. En caso de que haya un intento de suicidio será importante que el enfoque sea más profundo, para evitar nuevos intentos. Para ello conviene estudiar detenidamente los desencadenantes. Después de un intento, puede que sea hasta conveniente el ingreso con el único fin de que el adolescente sea debidamente evaluado por los profesionales oportunos. Otro aspecto importante es estudiar y tratar los posibles cuadros que pueda haber de fondo, como depresión o ansiedad, ya que con ello se puede disminuir el riesgo de que el niño pueda realizar un intento.
Este contenido se ha elaborado utilizando información basada en evidencia científica. Pincha aquí para conocer las fuentes que se han utilizado para su elaboración.