Los tics consisten en movimientos rápidos, repentinos y estereotipados, de determinados grupos musculares, normalmente de forma involuntaria y que suelen verse sobre todo en cara y cuello, tronco y manos.
No suelen tener un ritmo claro y pueden producirse en cualquier grupo muscular. Son un motivo de preocupación y de consulta frecuente. Normalmente los tics se suelen controlar si el niño se esfuerza en hacerlo y además no se presentan cuando está dormido o relajad, y son más frecuentes cuando el niño está nervioso o cansado.
Estos aspectos son importantes ya que ayudan a distinguirlos de otros tipos de cuadros que pueden producir contracciones musculares, como por ejemplo ciertos tipos de epilepsia que se le pueden parecer. Otro dato que ayuda es que el niño es plenamente consciente de los tics mientras que en el caso de la epilepsia lo normal es que pierda el conocimiento (aunque sea unos segundos) y luego no recuerde las contracciones.