El dolor de piernas o miembros inferiores, tambíen llamado dolor de crecimiento (expresión que no es correcta porque el hecho de crecer no duele), es un cuadro muy frecuente a lo largo de toda la etapa infantil y adolescente. Consisten en episodios bruscos de dolor agudo que se producen sobre todo localizados en los miembros inferiores, sin motivo aparente.
Suelen presentarse sobre todo en niños con edades entre los tres y los nueve años, aproximadamente. No se conoce el por qué se producen estos episodios de dolor, aunque parece que podrían relacionarse sobre todo con sobrecargas musculares, ya que parece que son más frecuentes en niños que se mueven más y en épocas de mayor actividad.
Qué síntomas produce
Son cuadros de dolor de inicio súbito (sobre todo por las noches) y que el niño localiza generalmente en las piernas. Suelen calmar con poca o ninguna analgesia, no requiriendo ninguna actuación más. No suelen aparecer otros síntomas asociados al dolor.
Qué complicaciones puede producir
En general no suele producir ningún tipo de problema ya que por definición no se acompaña de ningún otro problema.
Cómo se diagnostica
Para poder diagnosticar un dolor en este grupo el pediatra ha de estar seguro de que el niño no tiene otros síntomas o procesos asociados. Gran parte de la información la obtendrá de la exploración, pero una parte fundamental la extraerá de la historia clínica, en la que es importante relatar no sólo el episodio, sino la cronología de presentación, duración, cómo se calma y, sobre todo, la presencia o no de otros síntomas y las actividades cotidianas del niño. En los casos dudosos puede que el pediatra solicite alguna prueba de imagen, como radiografía de las zonas afectadas. Precisamente por el riesgo de que puedan esconder alguna patología en la zona, siempre se debe consultar al pediatra, especialmente cuando no cumplen los criterios de benignidad descritos.
Cómo se trata
Estos episodios de dolor suelen ceder con el uso de analgesia suave o antiinflamatorios como el ibuprofeno. A veces ayuda o es suficiente la aplicación de masajes en la zona dolorosa, calor seco local o movilizaciones suaves.
Qué pronóstico tiene
En general es bueno, ya que aunque el niño puede seguir teniendo episodios durante años, estos son aislados, no asociados a patología, y tienden a la remisión.
Cómo prevenirlo
Puede ser útil que el niño no realice ejercicios intensos, o que en caso de hacerlo haga calentamiento con leves estiramientos al principio y al final del ejercicio. Los dolores de crecimiento pueden verse en niños en edad escolar y que normalmente tienen bastante actividad física durante el día. Son episodios leves y transitorios que ceden rápidamente y que por definición no se asocian a patología.
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