Las intoxicaciones consisten en la ingesta o contacto del niño con un producto o agente tóxico o potencialmente tóxico. Casi la mitad de los cuadros de intoxicaciones que se atienden en urgencias corresponden a la edad infantil y casi todas ellas ocurren en el propio hogar del niño.
Normalmente se deben a la ingestión de algún producto. Aunque se suele pensar en los fármacos como los agentes más frecuentes, lo cierto es que suelen ser menos de la mitad de los casos. Es mucho más habitual ver niños que han ingerido accidentalmente productos de limpieza u otras sustancias que se almacenan en el hogar. De los casos producidos por medicamentos los más frecuentes son los antitérmicos y analgésicos y los jarabes para la tos.
La mayor parte de los casos ocurre en niños menores de 5 años a los que no se les estaba prestando atención en el momento de la intoxicación. Es muy raro que ocurran a partir de los 5-6 años y cuando se ven en adolescentes en muchas ocasiones son intencionadas, motivo por el cual a esta edad pueden ser más graves y de mayor riesgo incluso para la vida del niño. Uno de los mayores riesgos para que un niño se intoxique con un producto es que este le resulte familiar y tenga buen sabor, algo que ocurre en muchos de los fármacos que tienen presentación pediátrica, por ejemplo los jarabes en general.
Qué síntomas producen
Dependen del tipo de intoxicación y es importante recordar que muchos productos no producen síntomas desde el momento de la exposición y la aparición de los días se puede demorar horas o incluso días, por lo que siempre es conveniente acudir a un servicio de urgencias hospitalario, aunque el niño no presente síntomas aparentes incluso transcurridas unas horas. Afortunadamente la mayoría de los casos de intoxicaciones suelen ser leves y no requieren ningún tipo de tratamiento. Esto se debe a que se ha conseguido más seguridad en los últimos años ya que la legislación ha regulado la menor toxicidad de los productos que se almacenan en el hogar y la adopción de medidas tan importantes como los tapones de seguridad.
Cómo se diagnostican
En los cuadros de posibles intoxicaciones siempre se debe acudir a un centro de urgencias hospitalario ya que si bien la mayoría no tienen repercusión, los que sí la tienen pueden ser potencialmente graves. En urgencias el pediatra indagará sobre la posible ingesta o contacto, dosis y cualquier dato que pueda ayudar a orientar el tratamiento. No es raro que a la vez que el pediatra pregunte y explore, se recojan muestras de sangre u orina al niño para acelerar el diagnóstico.
Un aspecto importante es que si se conoce el producto se lleve siempre la etiqueta a urgencias para poder identificar los principios activos de mayor riesgo. En caso de no disponer de ella es muy importante conocer el nombre exacto del producto si es posible. Para calcular las dosis ayuda mucho el poder contabilizar los comprimidos o la cantidad ingerida, como por ejemplo lo que falta en un bote de jarabe. Si lo que ha ocurrido es que el niño ha inhalado un producto entonces ayuda conocer el tiempo de exposición.
También es importante que el pediatra conozca si el niño tiene enfermedades de base o está en tratamiento con algún fármaco que pueda interaccionar con el producto causante del cuadro. En urgencias el pediatra evaluará el estado del niño para adoptar las medidas iniciales y el posible tratamiento en función de los datos obtenidos con las preguntas que realice a la familia. En función del agente tóxico, los datos de la historia y la exploración, se podrá plantear la actitud inicial.
Cómo se tratan
Aunque cada compuesto puede tener su propio tratamiento hay una serie de actuaciones de nivel general que suelen ser de aplicación común, aunque esto dependerá de cada caso concreto ya que hay excepciones importantes. Por ese motivo será el médico el que establezca las actuaciones y el orden de estas. Es importante destacar que no siempre hay antídotos, por lo que el planteamiento suele ser primero evitar la posible absorción del tóxico y luego disminuir o evitar los efectos que pueda producir.
Para evitar la absorción el primer paso es eliminar el tóxico y los restos que puedan quedar de él. Esto es más útil en los que se absorben por piel, por ejemplo, o en los inhalados, de los que puede haber restos en la ropa o en el cuerpo del niño. En general el lavado con agua es muy útil para estos casos, aunque a veces se administra oxígeno al niño si la intoxicación ha sido por inhalación.
Existen una serie de productos o técnicas que pueden ayudar a reducir la absorción de los tóxicos:
—Carbón activado: disminuye o impide la absorción de numerosos tóxicos pero entre sus riesgos está el que puede pasar a los pulmones donde puede producir efectos negativos. Por ese motivo se suele dar a través de una sonda nasogástrica, que va desde la nariz al estómago del niño.
—Laxantes: a veces se usan junto con el carbón activado para eliminarlo más rápidamente pero es importante considerar que se usan poco y en bajas cantidades porque también tienen efectos secundarios, sobre todo en los niños más pequeños.
—Irrigación intestinal: a veces se introduce un preparado líquido en el intestino.
—Inducción de los vómitos: es una técnica en desuso porque a veces no es útil y existe riesgo de que pase el vómito a los pulmones. Además no se debe utilizar en intoxicaciones concretas ya que determinados tóxicos pueden pasar al pulmón con mucha facilidad o bien lesionar el esófago y la boca si vuelven a pasar por ellos.
—Lavado gástrico: tiende a usarse menos ya que tiene riesgos y su eficacia no está suficientemente comprobada. Puede ser más útil en niños mayores.
—Incrementar diuresis (hacer que orine más): lo que se hace es que el niño orine más y que además el riñón pueda filtrar también más. Es complicada por lo que no se suele hacer mucho.
—Diálisis y Hemoperfusión: se pueden aplicar en casos severos en los que los riesgos de la técnica compensan los riesgos del tóxico.
Este contenido se ha elaborado utilizando información basada en evidencia científica. Pincha aquí para conocer las fuentes que se han utilizado para su elaboración.
¡Hola, Bruno! Es verdad que las intoxicaciones pediátricas son aún demasiado frecuentes, y muchas de ellas prevenibles con algo de educación para la salud y con que se promuevan ciertas normas en cuestión de tóxicos. Es por ello que la unidad de urgencias pediátricas del hospital de Cruces ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding para poder publicar los resultados de varios años de trabajo e investigación. Si pudierais aportar vuestro granito de arena, goteo.org aporta 1 € por cada € que aportemos los demás. Aquí os dejo el enlace y un vídeo explicativo de en qué consiste la campaña y cual es el fin de la recaudación. http://goteo.org/project/toxicosinfancia/home
Pingback: Pica (niños que comen sustancias no alimenticias) | No todo es pediatría
Pingback: Intoxicación por ingesta de plantas | No todo es pediatría
Pingback: Síndrome de Reye en niños. | No todo es pediatría