Archivo de la categoría: Alergia

Pólipos en nariz en niños (poliposis nasal).

打印La poliposis nasal consiste en la presencia de pólipos en nariz, que son pequeñas formaciones que parten de la mucosa nasal y que poseen una especie de pie o pedículo. Es un cuadro poco frecuente en la edad infantil.

Por qué se producen los pólipos nasales en niños.
Estos pólipos suelen formarse a veces como consecuencia de procesos inflamatorios crónicos. Los más frecuentes en la edad infantil son los que se localizan en la zona nasofaríngea, es decir, situada más atrás y cerca de la garganta. Suelen ser más grandes que los que se localizan en otras zonas de la nariz.

Sigue leyendo

Rinitis infecciosa.

La rinitis infecciosa consiste en una inflamación de la mucosa nasal, es decir, del revestimiento interno de la nariz de los niños. Su origen, en vez de ser alérgico como en otros casos de rinitis típicas de primavera, suele residir en una infección. Los síntomas de la rinitis y la repercusión de estos en el niño dependerán del origen y del tipo de cuadro que se produzca, ya que existen dos tipos fundamentales, con diferentes evoluciones posibles.

Qué síntomas produce
La rinitis infecciosa produce unos síntomas muy típicos en los niños que la padecen, como son la congestión nasal, aumento de la secreción de mucosidad por la nariz, picores, estornudos e inflamación de las conjuntivas de ambos ojos. Estos síntomas son bastante similares a los de los catarros comunes o incluso a las rinitis de origen alérgico.

Sigue leyendo

Asma en niños (II): cómo se trata

El objetivo del tratamiento del asma en los niños es conseguir que la inflamación pulmonar disminuya para que se produzcan menos episodios de obstrucción y de menor repercusión. Para ello se suele realizar un tratamiento de base y, si se presentan crisis, se tratan de forma específica.

La mayoría pueden tratarse en el domicilio pero los casos moderados o severos pueden necesitar acudir al hospital. Lo ideal es conseguir que el niño lleve una vida lo más normal posible, para lo cual es ideal que no tenga síntomas y reducir el riesgo de padecer episodios. Existen protocolos internacionalmente aceptados para el tratamiento del asma, aunque este es individualizado. Se suelen realizar controles periódicos frecuentes hasta que el niño tenga un buen control de forma que luego necesite menos revisiones. En estas se valoran el número de episodios, la gravedad, las veces que ha necesitado medicación y la afectación de la calidad de vida del niño.

Sigue leyendo

Asma en niños (I): qué es y qué síntomas produce

El asma es una enfermedad respiratoria que se produce por una inflamación crónica de los pulmones. Esta inflamación genera episodios, llamados exacerbaciones o ataques agudos en los que se genera una obstrucción a la salida del aire de los pulmones.

Estos episodios se dan como respuesta a un estímulo que los desencadena y son reversibles por definición. Es la principal enfermedad inflamatoria crónica en la infancia, puede verse en un 17% de la población infantil. Dentro del asma existen varios grados de afectación aunque la mayoría de los niños que lo padecen pueden hacer vida prácticamente normal, guardando una serie de normas elementales. Pero un 25% de los casos pueden ser moderados o graves y son más complicados de manejar.

La mayoría de los casos empiezan a verse en niños menores de seis años y en muchos de ellos los síntomas mejoran con el tiempo. Uno de los mayores problemas del asma es que puede afectar a la vida normal del niño, produciendo incluso absentismo escolar importante en los casos moderados o graves no bien controlados. El mayor riesgo en el asma en los niños más pequeños es que no se diagnostique ya que los síntomas a veces pueden pasar sorprendentemente desapercibidos.

Es importante destacar que se distinguen dos tipos de asma infantil. Uno de ellos es propio de niños más pequeños y genera sibilancias recidivantes, es decir, episodios de pitos que se suelen desencadenar en relación a infecciones respiratorias. El otro tipo es el asma crónico, típico de los niños en edad escolar y adolescentes y, en algunos casos, toda la vida.

Sigue leyendo

Alergias alimentarias en niños

Las alergias alimentarias son reacciones que produce el sistema defensivo del niño frente a determinados alimentos o frente a determinados componentes de estos alimentos.

El diagnóstico debe estar siempre confirmado, no siendo válida la mera sospecha por parte de los padres, así que ante esta siempre se debe acudir a un pediatra para la realización de un estudio. No es raro encontrarlas en niños que tienen antecedentes de dermatitis atópica moderada o severa.

Los alimentos que más las suelen producir son la leche de vaca, el huevo y algunos pescados. Otros también frecuentes son determinados mariscos, las fresas, los melocotones o los frutos secos. Cualquier alimento puede producirla y no es raro que haya antecedentes familiares de la misma alergia en la familia, por lo que conviene recordar estos antecedentes a la hora de consultar al pediatra.

Sigue leyendo

Reacción alérgica grave o shock anafiláctico en niños

La reacción anafiláctica o anafilaxia es un cuadro en el que el organismo presenta una reacción alérgica severa frente a una sustancia. La forma más grave de esta reacción es la conocida como shock anafiláctico.

Esta reacción está producida por el propio sistema defensivo del niño como consecuencia del contacto con una sustancia, que generalmente suele estar en el ambiente que le rodea. En el caso de que esta reacción sea grave el organismo del niño puede entrar incluso en un fallo generalizado, que es lo que se denomina shock anafiláctico. Entre las sustancias que pueden producir este cuadro se encuentran fármacos, proteínas, alimentos como la leche, el huevo o los frutos secos entre otros, venenos de picaduras o mordeduras como los de abejas o serpientes, o bien pólenes o incluso contrastes que se usan para algunas pruebas radiológicas. A veces se desencadenan incluso por situaciones como el ejercicio físico intenso.

Sigue leyendo

Prúrigo (pápulas o lesiones en piel) en niños.

El prúrigo consiste en la presencia de pápulas o pequeñas lesiones en la piel de los niños. Son un tipo de lesiones muy frecuentes en la edad pediátrica en las que el denominador común suele ser la presencia de una o varias pápulas, que son lesiones pequeñas, enrojecidas y algo sobreelevadas, sobre las que a veces aparece alguna vesícula (como una especie de gota de agua pequeña), y que típicamente pueden generar picor. El prúrigo realmente es una reacción inespecífica de la piel ante muchos posibles estímulos. Los más comunes son picaduras de insectos, contacto con sustancias irritativas o procesos de dermatitis.

A veces pueden estar producido por otros procesos más graves pero es mucho menos frecuente. En otros casos pueden verse por el uso de fármacos, sobre todo en la zona donde aparecen las lesiones.

Sigue leyendo

Dermatitis irritativa o de contacto

La dermatitis irritativa o de contacto es una reacción de la piel en la que esta reacciona frente al contacto con una o varias sustancias que actúan como irritantes. Puede ocurrir a cualquier edad pero la piel de los niños más pequeños se irrita con mucha más facilidad, entre otros factores debido al hecho de que es más fina. La dermatitis del pañal es una de las formas más frecuentes de dermatitis irritativas en la infancia.

La dermatitis irritativa o de contacto se genera como una respuesta de la piel al contacto prolongado con una sustancia que produce un cuadro irritativo. Esta respuesta puede ser inmediata o demorada en horas. Entre las sustancias que suelen producir irritación con facilidad se encuentran jabones, secreciones del propio niño como la saliva o el sudor o determinados componentes de la ropa. Suele existir un componente hereditario ya que suele haber antecedentes familiares, y es más fácil de ver en verano por el calor y el sudor.

Sigue leyendo

Dermatitis alérgicas

Las dermatitis alérgicas, o de origen alérgico, son dermatitis que se producen como consecuencia de una reacción de alergia, que en general es producida por una respuesta excesiva del sistema inmunológico del niño, que reconoce como extraña alguna sustancia que entra en contacto con la piel.

Estas reacciones de la piel se producen como consecuencia de una respuesta de tipo alérgico a una sustancia. Uno de los grandes problemas para localizar dicha sustancia es que la reacción puede verse hasta unas doce horas después del contacto, lo que complica mucho sospechar cuál es la causa o sustancia. Algunas de ellas, muy habituales durante la infancia, son el níquel (presente en algunos botones metálicos de la ropa de niños), la savia de algunas plantas, la fibra o gomas de determinadas ropas y por supuesto preparados farmacológicos o cosméticos en forma de cremas, champús, jabones, etc.

Sigue leyendo

Alergia a insectos (abejas, avispas, hormigas), en niños.

La alergia (o alergias) a los insectos se pueden producir por dos mecanismos: uno de ellos son las picaduras o incluso las mordeduras, de forma que al introducir sustancias propias del insecto en el organismo del niño se desencadena un episodio de alergia, que puede ser desde leve hasta grave en sus formas más severas. El otro mecanismo consiste en que el niño inhale sustancias del insecto, de forma que se pueden generar cuadros alérgicos como las rinitis alérgicas o incluso el asma. En este post se abordan sobre todo las reacciones producidas por picaduras o mordeduras.

En la mayoría de los casos la reacción que se produce se circunscribe al ámbito local, de forma que lo que se produce es una reacción que permanece localizada en el sitio de la picadura o mordedura. Esta reacción no suele estar mediada por la IgE, sustancia que produce el organismo del niño y que predispone a respuestas defensivas.

El problema reside en los casos en los que el niño genera una respuesta alérgica generalizada a alguna sustancia que haya podido inocular el insecto. Estas respuestas sí están relacionadas con la IgE y son relativamente frecuentes con el veneno que inoculan determinadas familias de insectos, como pueden ser los de las abejas, las avispas y las hormigas. Son muy raras en los mosquitos.

Sigue leyendo