En ocasiones se pueden apreciar, en los recién nacidos, algunos tumores o masas que pueden llamar la atención y preocupar a los padres. Muchos de ellos son benignos e incluso normales, pero ante su presencia se debe consultar siempre.
Muchos de estos tumores o bultos pueden tener orígenes muy diferentes en función del propio bulto o tumoración, de su localización o de otros aspectos que hay que tener en cuenta. Algunos de ello, relativamente frecuentes, son los angiomas o hemangiomas, que se pueden localizar en cualquier sitio. En otras ocasiones el bulto se puede corresponder con hernias umbilicales, hernias inguinales o incluso relacionados con deformidades o bultos en la cabeza del recién nacido, o la presencia de ganglios. Lógicamente, la actuación depende del posible origen de cada uno de ellos.