Los esguinces, traumatismos o contusiones articulares son lesiones en las que la articulación en sí no se ve dañada o rota, pero sí estructuras de alrededor. Pueden estar producidos por un traumatismo fuerte o bien porque se fuerza la articulación en exceso, lo que produce un excesivo estiramiento de las estructuras que envuelven a la articulación, como la cápsula o los ligamentos que la rodean.
Estas estructuras pueden dilatarse en exceso e incluso llegar a romperse, pero la articulación en sí no se ve afectada y no hay rotura de los huesos que la forman. Las zonas que se afectan con mayor frecuencia son el tobillo, la rodilla, los dedos de la mano y la columna cervical (estos sobre todo en los accidentes de tráfico).
En este post se explican los síntomas que suelen producir este tipo de lesiones y las hipotéticas complicaciones en caso de no evolucionar bien o que no se cumpla bien el tratamiento pautado (cosa que suele suceder mucho en la edad infantil al ser difícil de respetar el reposo). Se explican las diferentes formas de tratamiento en función de la gravedad del cuadro (vendajes, uso de escayolas u otros tratamientos) y se dan consejos para prevenir su aparición (muy sencillos de llevar a cabo y muy efectivos).
Qué síntomas producen
En el momento en el que se produce el cuadro el niño suele notar el mecanismo por el que se genera el cuadro (traumatismo, torcedura, estiramiento excesivo) y nota un fuerte dolor. En pocos instantes se suele producir una inflamación de la zona, a veces de color algo oscuro, debido a la presencia de sangre.
Las formas leves presentan estos síntomas pero en bajo grado (dolor moderado, inflamación más o menos leve y color normal). Sin embargo las formas graves suelen presentar chasquidos en el momento de producirse, la inflamación es muy rápida, el dolor muy fuerte y además adquieren un color violáceo por acúmulo de sangre bajo la piel.
Qué complicaciones pueden darse
En general no se suelen producir complicaciones salvo en los casos severos en los que haya bastante derrame articular, incluso por sangre. En esos casos el niño se puede beneficiar de una punción para evacuar el contenido de la articulación.
Cómo se diagnostican
Normalmente es el propio niño el que relata la historia de cómo se ha producido e incluso lo sospecha en caso de que ya haya tenido otros previos, por las características del dolor y la inflamación (es normal en los que practican deporte de forma regular). La exploración del pediatra o traumatólogo permitirá valorar la articulación afectada o si el cuadro es realmente un esguince o puede ser una fractura.
Entre las pruebas que se suelen utilizar las más habituales son las radiografías, en las que su principal finalidad es descartar fracturas. En los casos severos o en los que se sospeche rotura de vasos sanguíneos puede ser necesario realizar una punción de la cavidad articular. Además de para el diagnóstico, es una medida que alivia el dolor y mejora la recuperación.
A veces puede ser necesario el uso de TAC ó resonancia en los casos en los que haya sospecha de afectación grave de estructuras cercanas. Estas dos pruebas y la punción articular son excepcionales en los esguinces que ocurren en edad infantil.
Cómo se tratan
—Las formas leves suelen beneficiarse del uso de vendajes, ya que es suficiente una inmovilización parcial de forma que baje la inflamación pero sin generar rigidez en la articulación.
—Los esguinces moderados y severos requieren una inmovilización mayor, generalmente con yeso, y además no deben apoyar ni usar la zona afectada durante el tiempo que dure la inmovilización.
—En todos los casos se suele pautar reposo de la zona afectada y tratamiento con antiinflamatorios, al menos los primeros días para reducir el dolor y la inflamación. Es muy importante seguir las indicaciones ya que en caso de no obedecerlas es muy habitual que no sólo no mejore el cuadro sino que el esguince pueda agravarse.
El tratamiento siempre debe estar indicado por un profesional y nunca debe decidirse ni por el niño ni por condicionantes como el hecho de que tenga un compromiso deportivo o de otro tipo en poco tiempo. Forzar una articulación dañada puede predisponer a un nuevo esguince más grave o a una fractura.
Qué pronóstico tienen
En general la evolución es buena siempre que se sigan las indicaciones del profesional.
Cómo prevenirlos
Los niños que practiquen deporte siempre deben hacer un correcto calentamiento que incluya estiramientos. Deben estar supervisados por un adulto que sepa educación física. Los niños más pequeños deben estar vigilados siempre y no se deben permitir los juegos violentos o aquellos en los que haya desigualdad física entre unos niños y otros.
Los esguinces son muy frecuentes en la edad infantil y consisten en daño de las estructuras que rodean a una articulación, como la cápsula o los ligamentos. La mayoría son leves pero siempre deben ser evaluados por un profesional para descartar fracturas y casos graves.
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