Se podría definir como cojera o a un niño que cojea como cualquier alteración de la marcha que presente un niño. Siempre debe ser evaluada por un pediatra, y más en determinadas situaciones.
Las causas de posibles cuadros de cojera en la infancia son numerosas y muy variadas. La mayoría de los casos se deben a procesos sencillos, banales y sin repercusión, pero otras pueden esconder un proceso de fondo que puede requerir tratamiento. Entre las causas más frecuentes de cojera en la infancia se encuentran los traumatismos (contusiones, esguinces y fracturas), las sinovitis transitorias de cadera, la enfermedad de Perthes y el deslizamiento de la epífisis de la cabeza femoral.
Por qué se producen
Entre las causas se encuentran los traumatismos producidos por golpes, esguinces, fracturas o zapatos mal ajustados; posibles infecciones de la pierna, del hueso, de las articulaciones; enfermedades inflamatorias como sinovitis transitoria de cadera, artritis, lupus; enfermedades congénitas como luxación de cadera, pie zambo; enfermedades del desarrollo como enfermedad de Perthes, deslizamiento de la epífisis de la cabeza del fémur; neurológicas e incluso tumorales, en casos excepcionales. Las causas más frecuentes con diferencia son las contusiones o golpes y las inflamaciones de la cadera transitorias, llamadas sinovitis.
Qué síntomas produce
El síntoma más llamativo y evidente es la presencia de cojera, que es cualquier alteración de la marcha normal en un niño. A veces la cojera no es excesivamente evidente y esta aparece de otras formas, como cansancio ó dolor tras un rato de ejercicio o de juego algo más intenso, cuando el resto de los niños no lo manifiestan.
Qué complicaciones puede producir
Depende de la enfermedad o proceso que esté causando el cuadro de cojera, ya que muchos de ellos son tratables con relativa facilidad o incluso se pueden resolver de forma espontánea. Sin embargo otros sí pueden requerir un diagnóstico más profundo y un tratamiento relativamente urgente.
Cómo se diagnostica
En un síntoma tan importante como una cojera que además puede estar producida por decenas de causas muy diferentes entre sí, el pediatra tratará de obtener todos los datos posibles de la historia clínica y de la exploración. En la historia clínica es fundamental recordar o incluso anotar cualquier dato que pueda servir de ayuda. Entre ellos están la forma de presentación del cuadro, localización del posible dolor, posibles antecedentes como traumatismos, fiebre, síntomas de cualquier otro tipo, ingesta de alimentos no habituales, fármacos, viajes. También son importantes datos como el uso de ropa (zapatos, botas) nuevos e incluso nuevas actividades, por banales o poco relacionadas que parezcan con el proceso. En la exploración el pediatra tratará de obtener datos no sólo de la pierna afectada sino de la contralateral y de la exploración general del niño. Prestará especial atención a columna, caderas, rodillas, tobillos y otras zonas relacionadas. Puede que le pida al niño que ande, salte o incluso que corra. Es muy importante animar al niño a que colabore y a que se tome la epxloración muy en serio.
Las pruebas complementarias que el pediatra pueda pedir van a estar íntimamente relacionadas con los datos obtenidos en la historia y la exploración. De hecho es posible que en los cuadros leves y en los que el origen parece claro no sea necesario realizar ninguna. En otros casos puede ser necesaria la realización de radiografías, ecografías, gammagrafías, TAC ó incluso resonancia magnética. También pueden ser útiles diversas analíticas. A veces se pueden realizar artrocentesis e incluso biopsias de tejidos potencialmente afectados por algún proceso.
Cómo se trata
El tratamiento depende del proceso que esté causando la cojera y de la afectación que haya podido producir ese proceso, que ha terminado generando el cuadro de cojera.
Qué pronóstico tiene
Depende directamente del proceso original del cuadro. Las contusiones por ejemplo tienen un pronóstico excelente con simple reposo.
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