El llamado episodio aparentemente letal, también conocido como apnea del lactante, consiste en cuadros en los que el lactante realiza pequeñas pausas respiratorias, de unos cinco a quince segundos, que llaman mucho la atención ya que puede presentar cambio de coloración en el que la piel puede adquirir un tono azulado o pálido, un mal tono muscular y un mal aspecto en general. A veces el niño puede presentar movimientos de extremidades que son percibidos como alarmantes por los padres, que tienen la sensación de que el niño parece que se está muriendo. Es, por lo tanto, un cuadro bastante llamativo y que puede generar una considerable alarma, bastante justificada, en el entorno familiar. Sin embargo, y a pesar de la sensación de enorme gravedad que producen, estos episodios duran poco y el niño se recupera tras ellos. En todo caso y ante la presencia de uno siempre se debe acudir a un servicio de urgencias.
Estos episodios no suelen ser letales a pesar de su apariencia, pero es cierto que podrían estar relacionados con el Síndrome de muerte súbita del lactante. Los episodios aparentemente letales son más frecuentes que los de muerte súbita, se ven en niños de menor edad y predominan durante el día, mientras que los episodios de muerte súbita suelen ser nocturnos. En este post se explican una serie de aspectos que nos ayudan a conocer mejor los episodios aparentemente letales.
Por qué se producen
Por desgracia, no se conoce la causa de por qué se producen estos episodios, ni por qué parecen estar relacionados con las muertes súbitas en los casos en los que se asocian.
Qué factores de riesgo se relacionan con este síndrome
Hay una serie de factores que se pueden asociar a este cuadro: antecedentes como prematuridad, bajo peso, problemas en embarazo, parto o posteriores, patologías previas o incluso haber tenido ingresos previos parece que pueden favorecer la aparición de un episodios aparentemente letales. Por tanto, son menos frecuentes en niños que no han tenido problemas anteriores.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico se basa en la historia clínica y la exploración ya que no hay pruebas que puedan diagnosticar estos episodios, salvo que se constaten en presencia de profesionales o mediante monitorización en el hospital. Cuando se presentan en urgencias se realizan una serie de estudios básicos, se suelen dejar en observación unas horas y posteriormente, cuando se les ha dado el alta, se estudian posibles factores de riesgo de forma más profunda.
Cómo se tratan
Cuando se presentan, sobre todo en niños de riesgo de padecerlos, es importante que los padres sepan reconocerlos y puedan aplicar medidas básicas encaminadas a que el niño vuelva a respirar. La más básica es estimular al niño con movimientos suaves, aunque los padres también deben conocer las maniobras de reanimación cardiopulmonar básica en lactantes con el fin de poder practicarlas en el caso de que el niño no reaccionara a esos primeros estímulos. Ante un episodio de apnea del lactante siempre se debe acudir a urgencias o, en caso de no respuesta del niño, activar los servicios de emergencia a través del 112 e iniciar las medidas de reanimación cardiopulmonar básicas (masaje cardíaco y ventilación boca a boca).
Cómo prevenirlos
Es importante el control de los posibles factores de riesgo, como las enfermedades o procesos de base que pueda tener el niño. Hay una serie de pautas que se utilizan para la prevención de la muerte súbita en lactantes y que pueden aplicarse a los episodios aparentemente letales. Entre ellas se encuentran colocar boca arriba a los niños para dormir (se puede usar postura de lado pero no boca abajo); evitar el uso del tabaco u otros tóxicos ambientales; dar lactancia materna si es posible, pues parece que podría ayudar a prevenir el cuadro; y evitar colchones blandos, el excesivo arropamiento o el calor durante el día o al dormir y que el niño duerma en la cama de los padres.
Son medidas sencillas de cumplir y es importante que se conozcan y se apliquen en todos los casos posibles. En determinados casos concretos, como determinados niños con determinados factores de riesgo, a veces se realiza una monitorización en el propio domicilio de forma que un monitor detecta si el niño respira correctamente y hace sonar una alarma en caso de que deje de hacerlo. Sin embargo, y a pesar del entrenamiento de los padres en su manejo, sigue sin ser una medida muy fiable ya que puede fallar mucho.
En los niños en los que existen factores de riesgo o la prueba de monitorización es positiva, suelen utilizarse medidas adicionales, orientadas por los profesionales, para prevenir estos cuadros. Sin embargo, la medida más importante es el entrenamiento de los padres en su vigilancia y en su manejo, si se producen.
Este contenido se ha elaborado utilizando información basada en evidencia científica. Pincha aquí para conocer las fuentes que se han utilizado para su elaboración.
Pingback: Prevención del síndrome de muerte súbita del lactante. | No todo es pediatría