Ante un recién nacido (edad inferior a treinta días de vida) o un lactante pequeño (los menores de un año) casi todo son dudas. Uno de los mayores temores consiste precisamente en que el pequeño pueda padecer una infección, desde un simple «resfriado» (que generalmente suelen ser los estornudos normales que tienen todos los recién nacidos) hasta un cuadro potencialmente serio, que generalmente se suele sospechar porque los padres notan al niño caliente. En este post se explica cuál es la temperatura normal de los recién nacidos y por qué no se deben abrigar en exceso, algo tan perjudicial como no abrigarlos en absoluto.
También se explica que es raro que un recién nacido tenga fiebre, por lo que se detallan los síntomas que sí pueden ser indicativos de una infección o un cuadro y, ante los cuales, siempre se debería acudir a un servicio de urgencias hospitalario.
Temperatura del recién nacido
El bebé tiene exactamente la misma temperatura que los adultos: si la madre pasa frío o calor, él también lo hará, así que no se debe abrigar en exceso en verano, pero tampoco en invierno. Estará cómodo llevando más o menos la misma proporción de ropa que lleve la madre. No hay que obsesionarse con ponerle el termómetro continuamente al pequeño, pues es muy raro que un menor de un mes tenga fiebre (los mayores de un mes sí pueden tener más fácilmente). Los signos de alerta de una infección en un recién nacido suelen ser, más que la fiebre, la presencia de irritabilidad, llanto persistente que no cede, mal color o mal tono, entre otros (ver más adelante).
Qué hacer si se nota al recién nacido caliente
Si se nota caliente a un recién nacido se le debe aflojar su ropa o quítasela y ofrecer 10-15cc de agua en biberón, sin forzar nunca al niño a beber. Normalmente los aumentos de temperatura son por exceso de abrigo o leves deshidrataciones. En caso de persistir una temperatura alta a los 15 o 20 minutos de haber hecho lo anterior, se debe acudir a un servicio de pediatría para que valoren al niño, ya que en ese caso sí que podría tratarse de un aumento real de la temperatura del niño.
Fiebre en los lactantes
En un lactante menor de 3-4 meses con fiebre, se debe acudir a un servicio de urgencias hospitalario, ya que generalmente hay que realizar una analítica para descartar infecciones potencialmente severas. En los lactantes mayores de 4-5 meses con fiebre, su valoración depende del estado general: aquellos niños con regular o mal estado general (mal color, tono, que no comen, con presencia de petequias en la piel, están decaídos o puedan estar deshidratados, por ejemplo), siempre deben ser valorados en un servicio de urgencias hospitalario y de forma urgente. Aquellos con buen estado general (buen color, tono, que comen y están sonrientes y jugando), pueden ser valorados con menos urgencia y en un entorno no hospitalario, como el centro de salud.
Signos de alerta en un recién nacido o lactante pequeño
Por regla general los recién nacidos no deben tener apenas problemas: un recién nacido sano y satisfecho (bien alimentado) siempre va a tener un color sonrosado, los brazos y las piernas encogidos (postura de libro abierto) y por supuesto una estupenda succión en cuanto le toca la toma y se pone al pecho. Con buen tono, color y succión lo normal es que el niño esté sano, lo que además corroborará el Pediatra en las revisiones.
Un aumento puntual de temperatura no suele ser el mejor indicador de enfermedad, pero desde luego ha de valorarse si no cede inmediatamente al aflojar la ropa o dar de beber agua al bebé.
Ante la presencia de mal color, tono o succión se debe acudir a un servicio de urgencias hospitalario. Estos datos (color, tono y succión) son los que antes se van a alterar en caso de que algo no vaya bien y son los que deben poner en alerta en caso de que estén alterados. Ante cualquier duda lo ideal será siempre consultar con un pediatra.
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