Dislexia en niños.

La dislexia es un trastorno relativamente frecuente en la edad infantil y que debe sospecharse ante todo niño de inteligencia y desarrollo normales que en la escuela empieza a mostrar dificultades para leer.

Se suele definir como el retraso en dos o más años en la lectura o un rendimiento lector muy por debajo del resto de niños de su edad. Es un trastorno del aprendizaje, no un trastorno del lenguaje. A veces existe asociación con otros procesos, como retraso en el habla (que sí es un trastorno del lenguaje) o déficits leves de atención o de memoria. Es muy frecuente en los niños que tienen problemas de aprendizaje y lo característico es que al leer en voz alta al niño le cuesta mucho pronunciar las palabras que está leyendo, aunque las conozca y las entienda. El verdadero problema del niño es que no logra descodificar adecuadamente las palabras que lee.


Por qué se produce
No se conoce exactamente el motivo de por qué se produce este cuadro, pero sí parece que existe un componente familiar y hereditario claro ya que no es raro ver más de un caso dentro de la misma familia. Parece que podría haber una afectación del área cerebral que se encarga de la lectura, por lo que otras partes del cerebro intentan asumir esa función con menos eficacia.

Qué síntomas produce
Dependen de varios factores, como el grado de afectación, edad, educación y desarrollo del niño. El problema reside en que el niño tiene dificultades para descodificar las palabras que lee, pero su comprensión es buena ya que no hay alteraciones a otros niveles. Con el tiempo suelen mejorar un poco su velocidad, pero en general son lectores lentos siempre, aunque con buena comprensión. Esa lentitud queda de manifiesto cuando el niño lee en voz alta.

Al leer en voz alta pueden cambiar letras de sitio dentro de una palabra o incluso palabras dentro de una frase; pero también puede sustituir sonidos o palabras o incluso saltárselos directamente. En la lectura silenciosa el grado de comprensión es bajo. No es raro que asocien también disgrafia (déficit en la capacidad para escribir, se llama entonces síndrome disléxico-disgráfico). A veces los niños con dislexia pueden asociar otros cuadros como el déficit de atención con hiperactividad pero no parece que exista una relación entre ambos.

Cómo se diagnostica
El diagnóstico se realiza mediante la historia clínica y mediante la exploración de la capacidad lectora del niño. No existen pruebas específicas para el diagnóstico. El papel de los padres y los profesores es fundamental para sospecharlo ya que en las revisiones rutinarias en la consulta del pediatra este cuadro puede no ser evidenciado a menos que el niño lea algo en voz alta, cosa que no suele desear hacer si es consciente de las dificultades que le crea. Por eso es fundamental que los padres intervengan en la sospecha.

En los niños más pequeños el diagnóstico es relativamente fácil de hacer cuando leen un texto en voz alta. Sin embargo en los adolescentes con elevada capacidad mental puede ser más complicado ya que con palabras sueltas, textos cortos o conocidos puede que no se evidencie el trastorno. Por eso cuando se tienen dudas se deben utilizar métodos más específicos en estos niños, que controlan la lectura y el tiempo que tardan en hacerla.

Cómo se trata
El tratamiento es complejo y se basa en la educación del niño para adquirir capacidad lectora mediante el correcto aprendizaje de la fonética (asociar correctamente los sonidos a las sílabas). Luego se trabajarán la fluidez, el vocabulario y la comprensión con el fin de proporcionarle herramientas para acelerar la capacidad de descodificación de las palabras escritas.

Con la fonética el niño podrá asociar sonidos a las palabras. Con la fluidez mejorará su velocidad de lectura. La fluidez es un aspecto fundamental en el tratamiento del niño con dislexia y se suele basar en que el niño repita un texto leído previamente por un adulto u otro niño, hasta hacerlo correctamente y de forma fluida. El uso de nuevas tecnologías (como clases en audio, etc) ayudan mucho a estos niños en sus estudios.

Qué pronóstico tiene
Si se realiza un tratamiento precoz, intensivo y prolongado el niño puede mejorar bastante su exactitud y su fluidez lectora. Cuanto mayor es el niño cuando se diagnostica el cuadro, más difícil es mejorar su fluidez lectora (aunque sí se puede mejorar la exactitud). Con un buen tratamiento y el apoyo familiar el pronóstico de estos niños mejora mucho.

Cómo prevenirla
Suelen ayudar una serie de aspectos: hablar mucho con el niño pero dándole capacidad para responder por sí mismo; utilizar un lenguaje claro y sencillo, no “de juguete” o “para niños”; dejar que el niño concluya las frases y no ayudarle a acabarlas, para así poder contestarle y corregirle si se equivoca, en tono claro y sencillo; el niño aprende más con los juegos y las canciones que si es una obligación; suele ayudar el que deje pronto el chupete y aprenda a masticar de forma temprana; también es importante enseñarle hábitos de higiene bucal y dental; comentar al pediatra las sospechas de posibles déficits y empezar a corregir estos de forma lo más temprana posible.

Este contenido se ha elaborado utilizando información basada en evidencia científica. Pincha aquí para conocer las fuentes que se han utilizado para su elaboración.

1 comentario en “Dislexia en niños.

  1. Pingback: Dificultad para escribir o disgrafia | No todo es pediatría

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