El déficit de fósforo es un problema poco frecuente, pero que surge en los niños cuando la dieta que reciben es deficitaria en fósforo (y por lo general, en otros muchos nutrientes). Es un cuadro difícil de ver ya que este mineral está presente en muchos alimentos y sería necesario que un niño tomara una dieta bastante alterada para que se produjera. Sin embargo, se ha descrito en casos de anorexia nerviosa en los que la desnutrición puede ser importante.
También hay casos en los que se asocia a raquitismo, pero en esos casos el problema suele residir en un déficit de vitamina D o de calcio, más que de fósforo. A pesar de ello, en niños que puedan presentar alguno de estos dos cuadros o que hagan una dieta anormal (ambientes de riesgo, niños de acogida con antecedentes poco conocidos, etc), puede ser importante sospecharlo, junto con otros posibles déficit o patologías.