Archivo de la categoría: Infeccioso

Mastoiditis en niños.

La mastoiditis es una infección de las llamadas celdillas mastoideas, unos huecos que se encuentran en el interior del hueso craneal y que se localizan detrás de la oreja. Es un cuadro bastante relacionado con las otitis medias ya que puede producirse como una complicación de estas. Esto es así porque esas celdillas que hay dentro de la región mastoidea están comunicadas con el oído medio y pueden verse afectadas por la infección del oído, es decir, la otitis.

Siempre que hay un cuadro de otitis media se afectan estas celdillas pero por lo general es de forma leve y que responde bien al tratamiento. Pero si progresa puede ser grave, por lo que ante su sospecha se debe consultar siempre sin demora. En este post se explican qué son las mastoiditis, cómo se tratan y, sobre todo, cómo se sospechan.

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Aumento de enzimas hepáticos o transaminasas (hipertransaminasemia) en niños.

Una hipertransaminasemia es un aumento de determinadas sustancias, denominadas transaminasas, que se encuentran almacenadas en el interior de las células del hígado.

Este aumento se produce por la destrucción de las células del hígado por diferentes causas y su hallazgo suele producirse porque se realiza una analítica por otro motivo y se encuentra este hallazgo de forma casual, o bien porque se pida a propósito en casos donde se puede sospechar su presencia, como sucede en algunas infecciones virales o incluso en cuadros de obesidad. En caso de confirmarse el aumento de transaminasas, es decir, la hipertransaminasemia, esta se estudia con el fin de determinar su origen y plantear los posibles tratamientos.

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Hepatitis C en niños

La hepatitis C consiste una infección e inflamación del hígado producida por el denominado como «virus de la hepatitis C». El problema de este virus es que el riesgo de hacerse crónico es  elevado y que se presenta asociado a la hepatitis B. En función de si el virus produce la enfermedad junto con el de la hepatitis B (coinfección) o la produce después de la hepatitis B (sobreinfección) el pronóstico es diferente.

Tradicionalmente se ha asociado su transmisión a las transfusiones sanguíneas ya que se contagia por la sangre pero hay que recordar que también puede contagiarse por intercambio de jeringas en casos de consumo de drogas y por prácticas sexuales sin protección, algo que es posible en adolescentes, aunque fácil de prevenir siguiendo una serie de medidas básicas.

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Hepatitis B en niños

La Hepatitis B es una infección e inflamación del hígado producida por el virus de la hepatitis B. Este virus está presente por todo el planeta aunque en los países en los que se vacuna a la población es menos frecuente. En niños puede llegar a ser incluso asintomática.

El contagio suele ser por vía «parenteral», que ocurre cuando la sangre del niño entra en contacto con la sangre de otra persona (por ejemplo, transfusiones), o bien por vía sexual, debido a un contacto de esta índole, algo que no debería ocurrir en niños pequeños pero que sí puede suceder en adolescentes. En general, los contagios se producen porque entran en contacto líquidos corporales, por eso es poco frecuente en la edad infantil, en niños pequeños. Sin embargo, en los adolescentes el riesgo sube ya que al inicio de las prácticas sexuales se añade el posible uso de tatuajes o de drogas intravenosas, lo que incrementa el riesgo a cotas elevadas en caso de usar material no esterilizado. En los recién nacidos que son hijos de madres que poseen la enfermedad sí que existe un riesgo elevado. Este es el grupo de edad donde es más fácil adquirir una hepatitis en la infancia. El problema de las hepatitis en niños es que tienen riesgo de hacerse crónicas, mayor cuanto más pequeño es el niño.

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Hepatitis A en niños

La hepatitis A es una infección localizada en el hígado y causada por el llamado virus de la hepatitis A. Aunque no lo parezca, y a diferencia de otras hepatitis como la B o la C, la hepatitis A sí es relativamente frecuente en la edad infantil.

Es bastante contagiosa, y más en los niños ya que la vía de contagio suele ser fecal-oral, es decir, el niño que la padece puede tocarse con la mano en el área del pañal, o en las nalgas, y luego tocar a otro niño que se lleva su mano a la boca. El contagio también puede ser a través de agua o alimentos contaminados por el virus, aunque esto es poco frecuente en países desarrollados. Es la forma de hepatitis más frecuente en la infancia.

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Parásitos en niños. Giardiasis o infección por Giardia lamblia.

La giardiasis es una parasitación producida por la Giardia lamblia, un parásito bastante común en niños y también en adultos. Esta es una infección no solo relativamente frecuente, sino que es fácil que pase inadvertida ya que es habitual que no produzca síntomas o que estos sean complicados de detectar, aunque en este post se explica cómo sospechar este cuadro en muchos de los casos.

El parásito puede entrar en el organismo a través de alimentos o agua contaminados pero también puede ser contagiado directamente, de un niño a otro, cuando un niño que lo padece sigue acudiendo a la guardería o al colegio, algo que, por otro lado, es normal si no se ha detectado el cuadro al no padecer el niño que la padece síntoma alguno. Parece que podría existir una mayor facilidad de infección en niños con fibrosis quística y enfermedad de Crohn, por lo que estos niños a veces deben realizar controles periódicos, dentro de sus revisiones habituales.

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Fiebre reumática en niños

La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria seria en la que lo característico es que puede afectar a corazón, articulaciones, sistema nervioso y la piel, que afortunadamente es poco frecuente en edad infantil. Suele darse más en niños de cinco a dieciocho años y parece que es un poco más frecuente en climas fríos y húmedos.

Suele aparecer tras una infección de la garganta por un germen denominado Streptococo del grupo A, que típicamente se suele ver unas semanas antes de empezar el cuadro de fiebre reumática. El verdadero riesgo ocurre cuando se padecen brotes repetidos por este germen que no reciben tratamiento o el que reciben no es de forma adecuada. Los casos que son correctamente tratados con el antibiótico adecuado y que eliminan el streptococo de la garganta suelen prevenir la aparición de la fiebre reumática.

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Tétanos en niños.

El tétanos es una enfermedad infecciosa grave causada por una toxina que a su vez está producida por una bacteria, el Clostridium tetani, más conocida como tétanos. Esta bacteria reside en el suelo en forma de esporas, donde puede aguantar años, sobre todo en la tierra, por lo que es más frecuente en el campo.

El problema reside cuando entran en contacto con una herida contaminada con tierra, lo que se llama una una «herida sucia». La bacteria se puede activar y comenzar a fabricar su toxina, que puede producir un daño muy severo. La toxina, llamada tetanospasmina, llega al sistema nervioso a través de las heridas, produciendo un cuadro grave y potencialmente letal.

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Sarna (o escabiosis) en niños.

La sarna o escabiosis es una infestación de la piel producida por el Sarcoptes scabiei, un ácaro que penetra en la capa más externa de la piel y que da un cuadro muy típico pero que no siempre es fácil de diagnosticar.

Este ácaro tiene varias subespecies y la que afecta al ser humano es la denominada hominis. La sarna que afecta a los animales solo produce cuadros transitorios en los niños. Existe una variedad, denominada «Noruega», que es extremadamente contagiosa, y que se puede dar en instituciones o en sitios donde haya muchos niños conviviendo juntos.

Cuando una hembra entra en contacto con un niño penetra en su piel, donde deja sus huevos, de los que salen las crías. Las nuevas hembras crearán nuevos surcos repitiendo así el ciclo.

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Sarampión en niños.

El sarampión es una enfermedad infecciosa y muy característica que se encuentra aún presente en casi todo el planeta aunque es poco frecuente en los países donde se vacuna a la población infantil. Se produce por un virus, denominado virus del sarampión, y normalmente afecta a niños mayores de un año ya que antes suelen estar protegidos por anticuerpos que han recibido de la propia madre a través de la leche materna.

El contagio se suele producir por las gotas de la saliva y es un virus muy contagioso. Los niños son contagiosos desde varios días antes del inicio de la erupción en la piel y contagian durante varios días más una vez que ha aparecido dicha erupción.

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