El síndrome de Reye es un cuadro que es importante conocer porque no solo puede ser potencialmente grave. También porque posee una serie de características bastante típicas que hacen que potencialmente, se pueda evitar su aparición, al menos en gran medida. Debido a esto, hoy en día es menos frecuente, aunque puede verse, de forma puntual, y especialmente en niños de entre cuatro y doce años.
El síndrome de Reye en sí aúna la presencia de daño cerebral y hepático, algo que puede ser bastante severo. Suele aparecer habitualmente tras una infección viral, en muchos casos generada por virus de la varicela, especialmente si el niño toma o ha tomado ácido acetilsalicílico (y eso explica que este medicamento se use de forma excepcional, en pediatría). El cuadro se produce por un fallo hepático generalizado, con afectación cerebral.